El robo de ganado en las haciendas de la parroquia Abañín, en el noreste del cantón Zaruma, se convirtió en un problema recurrente.
Los animales son sustraídos por las noches por presuntas bandas organizadas de cuatreros que, según denuncian los hacendados, vienen de otros sectores de la provincia.
En Abañín, una localidad de 1 900 habitantes, la Junta Parroquial estima que hay 5 000 cabezas de ganado. Según los campesinos, hasta dos reses son robadas a la semana.
Los hacendados aseguran que los robos se incrementaron desde cuando la Policía retiró la vigilancia en el poblado. Dos policías estaban asignados. Según los comuneros, en la vía de 42 km que conduce a la ciudad de Pasaje, la urbe más cercana, también se registran robos a los conductores.
Abañín es una de las parroquias más alejadas de la provincia. La cabecera cantonal, Zaruma, está a tres horas de distancia. Las viejas casas de madera y adobe se levantan sobre una pequeña capilla, construida hace 80 años y dedicada a la virgen de Las Nubes.
“Los policías se fueron porque adujeron que el retén estaba muy viejo”, dice Carlos Aguilar, presidente de la Junta Parroquial. Para traer de vuelta a los policías, la comuna se comprometió en rehabilitar la edificación de bloques de barro y techo de teja. Dos comuneros reparan de las paredes, en poner ventanas nuevas y cambiar el techo.
El agricultor Vicente Zhigue espera que con la presencia policial se acabe el robo de los animales de los campesinos.