El río Portoviejo se desbordó ayer

En la zona El Guabito. El puente de caña guadúa se desplomó por la crecida del afluente. 800 personas están afectadas.

En la zona El Guabito. El puente de caña guadúa se desplomó por la crecida del afluente. 800 personas están afectadas.

Cultivos de ciclo corto dañados, calles anegadas y el desabastecimiento de agua potable son las consecuencias que dejaron las inundaciones por el desbordamiento del río Portoviejo.

Fabián Alarcón, morador del sitio Ayacucho, en la zona alta del cantón Santa Ana, aseguró que no había visto una crecida de esa magnitud en el sector.El agua alcanzó hasta las calles céntricas del poblado. “Al ver que venía la creciente, tuvimos que guardar el café, el maní, el arroz y el cacao que se saca a secar en las veredas. Por suerte, alcanzamos a meter los granos”, contó Yolanda Pinargote, de Santa Ana.

Las cabañas, construidas con caña guadúa, que servían para recibir a los visitantes que llegaban para bañarse en el río, quedaron completamente destruidas.

Marlene Muñoz, propietaria de un negocio de venta de comida criolla en este balneario, contó que su local quedó lleno de palos y lechuguines. “Por lo menos nos demoraremos unas dos semanas en retirar toda esa basura, para recibir otra vez a los turistas”.

Aguas abajo, en el sitio El Guabito, un puente de caña guadúa, que comunicaba a los 800 habitantes de este recinto con la vía que conduce al centro de Portoviejo, no soportó las fuertes corrientes. Quedó desbaratado.

“A las 07:30 pasábamos por el puente y escuchamos un estruendo. La corriente empezó a levantar las guadúas. Les dije a mis tres hijos que corran”, recuerda Carlos Gutiérrez, vecino del lugar.

La creciente también se llevó la red de agua potable de este recinto. Hasta ayer en la tarde, el servicio no se restablecía.

Mientras, en la zona urbana de la capital manabita, los ciudadanos se detenían para ver cómo el agua se salía de su cauce. Rafael Hernández, vecino de la avenida 15 de Abril, rezaba para que su sector no se inundara. “Poco faltó para que eso ocurra”.

En las zonas agrícolas, ubicadas entre el sitio Mejía y los cantones Rocafuerte y Sucre, el río cubrió centenares de hectáreas de cultivo de ciclo corto. Hasta ayer no se cuantificaban los daños.

Las 2 hectáreas de maní que sembró Joel Vélez en la zona de Sosote, cantón Rocafuerte, quedaron bajo el agua. “Estábamos a ocho días de la cosecha”.

Para no perder todo, pidió ayuda a 10 vecinos. Ellos colaboraron en la cosecha de 1 hectárea, mientras el nivel del agua seguía subiendo. “Por lo menos alcancé a salvar algo del cultivo”.

Ricardo Cabrera, jefe de la Sala Situacional de la Gobernación de Manabí, informó que en Ayacucho el agua alcanzó los 10 y 15 centímetros de altura.

Al mediodía, la creciente empezó a bajar. En ese momento, los pobladores, con escobas y palas, empezaron a retirar el lodo que ingresó hasta las viviendas.

Otros se unieron para destapar los sumideros y evacuar el agua que se acumuló en las vías.

Pero no fue solo la crecida del río lo que afectó a los moradores. También los 106 m³ por segundo de agua que se evacúan desde la represa Poza Honda. La descarga se hace desde hace dos semanas, para evitar que la represa se sature por el exceso de agua lluvia que cae en la zona.

Los responsables de la represa dijeron que el agua que se descargará mañana no afectará a las zonas bajas de Portoviejo. El propósito es desviarla hacia las partes altas del sector.

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