Los rescatistas porteños son un referente

Los rescatistas se adiestran en varias situaciones como acciones en incendios (izquierda) y el descenso en cuerdas. Michelle Defas (abajo) es integrante de la división bomberil. Joffre Flores/ EL COMErcio

Los rescatistas se adiestran en varias situaciones como acciones en incendios (izquierda) y el descenso en cuerdas. Michelle Defas (abajo) es integrante de la división bomberil. Joffre Flores/ EL COMErcio

Un grupo de 32 integrantes del Cuerpo de Bomberos de Maranhao (Brasil) rinde hoy, 4 de abril, la prueba final en el V Curso Internacional de Operaciones de Rescate en Estructuras Colapsadas, en la Academia de Bomberos de Guayaquil. Será en un simulacro de terremoto.

Ellos fueron capacitados por el Cuerpo de Bomberos de Guayaquil. Esta entidad también ha capacitado a profesionales de Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay y de varias ciudades de Ecuador.

"Pertenecemos a la Organización de Bomberos Americanos y lideramos la capacitación en la región", contó Jorge Montanero, jefe de la División Especializada de Rescate.

Todos los miércoles en las noches, un centenar de bomberos porteños se reúne en la sede de la Academia, km 30,5 vía Perimetral, en la Espol. La división tiene una década de creada y nació tras una capacitación recibida por bomberos especializados de Houston.

Montanero y los comandantes de las dos compañías de la división, la 13 y la 50 al mando de Carlos Lamota y Jonathan Miranda, en su orden, distribuyen los grupos de trabajo.

Por un lado están los que practican rescate en altura. Desde 10 metros descienden con una cuerda, pues hay situaciones en que deben rescatar a víctimas por ese sistema. A un costado y después de una instrucción del uso de equipos, los más 'novatos' ensayan sobre un carro escalera.

Un 80% es voluntario y el resto, bomberos rentados (remunerados); además cuentan con 10 mujeres. Las prácticas van hasta pasada la medianoche.

El pasado 13 de marzo el grupo fue puesto a prueba en una acción inédita. Luego de poco más de dos horas rescataron a un ciudadano que había ingresado por el sistema de alcantarillado desde el estero Salado, en el suburbio oeste.

Quedó atrapado al subir la marea. En la acción utilizaron equipos como taladros de impacto para romper calles, un densímetro para encontrar metales al estar cubiertas las tapas de alcantarilla por el asfalto, mototrosadoras de concreto, cámaras para detectar personas debajo de estructuras...

Luego de dirigir la práctica de cómo rescatar víctimas dentro de un incendio, Carlos Julio Lamota, bombero desde hace 21 años, evoca aquel momento. "Buscamos por dónde entrar. A una cuadra bajé anclado y el canal estaba casi cubierto. Tocó ir por otro lado. Luego se encontró el lugar para romper la calle. Lo ubiqué tembloroso, asustado. La satisfacción fue que no sacamos un cuerpo sino una persona viva".

Heriberto Moreira, ingeniero de seguridad, perito de la Fiscalía en incendios y bombero hace 22 años, dice que en casos como este el trabajo psicológico es fundamental. "Me tocó establecer comunicación con él y buscar un lazo de confianza. Además de pasarle guineos, agua y oxígeno, busqué cambiar el escenario mental de ese momento. El tratamiento psicológico para el que nos entrenan se basa en salvarle la vida a esa persona".

En diciembre pasado, en el incendio del edificio Panorama, subieron 19 pisos y rescataron a 6 personas. "Lo que más hacemos casi a diario son rescates vehiculares", dice Montanero.

Hace 10 años, él fue rescatado tras caerle una pared. La consecuencia: quemaduras, 16 tornillos y 7 placas. "Los bomberos estamos inmersos en un gran riesgo. Por ello entre los grupos tenemos uno especializado en rescatar bomberos. Somos el equivalente a grupos élite policiales como Swatt o el GOE".

En contexto. El Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, fundado hace 178 años, es el más antiguo del país. Tiene 1 850 miembros, entre rentados y voluntarios, que reciben capacitación permanente en el país y en el exterior. También cuenta con equipos y vehículos modernos.

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