Unos 10 sacos de maracuyá aparecen junto al puente colgante en Tambillo, un sector de la parroquia Cube. Esa producción está perdida porque no pudo sacarla por el viaducto de 120 metros de largo, que comunica a Cube con el cantón Quinindé, centro de la provincia de Esmeraldas.
El paso colgante es la única vía de salida que tienen, porque el río Cube destruyó la vía El Roto-Cube, donde se ubica la comunidad de Tambillo.
Juan Echeverría, el dueño de la carga, aguardó durante tres días por un vehículo para sacar lo poco que quedó de su producción de ocho hectáreas.
El último desbordamiento del río Cube se le llevó todo. Otras 1 660 hectáreas de sus vecinos también fueron destruidas y 6 165 hectáreas quedaron afectadas, según el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap).
En la vía El Roto-Cube, la Prefectura de Esmeraldas habilitó la semana anterior un carril para transporte liviano. A lo largo de 17 kilómetros deben colocarse 15 alcantarillas.
Este camino forma parte del 40% (1 200 kilómetros) de la red vial rural dañada por las fuertes lluvias que ha soportado Esmeraldas, según la Prefectura. Toda la red comprende 3 000 kilómetros.
Echeverría y varios habitantes de 37 comunidades tienen dificultades para trasladar la producción hasta Quinindé o Viche, a tres horas del sitio.
La destrucción parcial de los caminos rurales de Esmeraldas hizo que la Prefectura declarara el estado de emergencia, el pasado 11 de abril.
Según el prefecto Rafael Erazo, la resolución permite que se haga una contratación directa de obras de prevención o de reparación de daños producidos por desastres naturales, inundaciones y otros.
Un informe de la Dirección de Infraestructura de la Prefectura señala que solo en Quinindé están afectados 50 kilómetros de caminos rurales.
Las vías Walte-Repartidero-Felpa y Selva Alegre, en Rioverde y San Lorenzo, respectivamente, están afectadas por deslizamientos. En La Unión de Atacames-Tazone, la fuerza del agua destruyó la vía y afectó un puente. También colapsaron dos alcantarillas. El paso por esa calle está restringido.
La directora de Infraestructura de la Prefectura, Ruth Alvarado, dice que para atender la emergencia vial en la provincia se necesitan USD 2,5 millones.
Eso permitirá construir cerca de 20 alcantarillas, arreglar las vías en mal estado y contratar más maquinarias. Por ahora intervienen cinco volquetas, dos retroexcavadoras y dos cargadoras de la Prefectura.
El jefe de presupuesto vial de esa entidad, Juan Zamora, recomienda estabilizar taludes y utilizar mallas para prevenir deslizamientos mayores. En Esmeraldas las laderas son de material arcilloso.
Para el mantenimiento, la Prefectura tiene un presupuesto anual de USD 14 millones. Erazo indica que debido a la emergencia dejarán de atender las vías planificadas, para reorientar los recursos a los caminos afectados en el invierno.
La autoridad pide la intervención del Gobierno. La gobernadora Paola Cabezas afirma que se habilitan algunos tramos en la vía Esmeraldas-Quinindé, afectada por deslizamientos y hundimiento de asfalto, como en la San Mateo-Tábule-Tachina, en el norte de la provincia.
La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos declaró en emergencia a Quinindé, el 10 de abril. “Nosotros estamos interviniendo en la vía San Ramón de la Unión de Quinindé, donde hay problemas por los derrumbes”, señaló el alcalde Manuel Casanova.
Carlos Yamuca, comerciante de la parroquia Cube, dice que hasta ahora es imposible ingresar a comunidades como Pircuta, La Chorrera, Piedrita, Taguales, Colorado, Boca Grande, Achicube, Bambe, Matepalo, Barbudal, Tachina.
En contexto El presente invierno ha sido irregular en Ecuador. Mientras las lluvias fueron escasas en las provincias de Guayas y Manabí, en Esmeraldas fueron intensas, a tal punto que las comunidades de Quinindé quedaron bajo el agua. Las pérdidas ascienden a USD 4 millones.
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