Hace dos años ocurrieron 400 derrumbes en la vía Alóag-Santo Domingo. Esa cifra disminuyó el año pasado y en este ya registramos 40 en lo que va del invierno.
Esas cifras podrían indicar que hay una reducción en la cantidad de deslaves y que eso es bueno. Sin embargo, también se puede tener otra lectura: cuánto tiempo se tiene que esperar para que la vía -la más importante en la conexión de la Sierra con la Costa- se convierta en una de las prioridades, como han sido otras obras importantes.
Así se terminaría de una vez por todas con las pérdidas en la producción y del tiempo de miles de usuarios que soportan en cada invierno.
Hace cuatro años se inauguró una obra que se había pensado que era imposible concretar. El 3 de noviembre del 2010 empezó a funcionar el puente Los Caras sobre el estuario del río Chone, que une Bahía de Caráquez con San Vicente (Manabí). Claro, la gente debió esperar unas cinco décadas para ver su sueño hecho realidad.
Ese puente se construyó porque fue considerado como una prioridad para esa zona turística de Manabí, aunque solamente sea usado en toda su capacidad durante los feriados y la época de vacaciones de la Sierra.
Entonces ¿qué hay que esperar para que la vía Alóag-Santo Domingo entre en la lista de las obras más urgentes para acabar con los frecuentes deslaves? El último y el más grave se presentó la noche del lunes y recién ayer en la tarde se habían retirado las cerca de 12 500 toneladas de material que cayeron. La vía fue abierta totalmente a la circulación, casi entrada la noche.
Ojo: La carretera ya tiene 50 años de construida, pues en 1964 se abrió a la circulación y conectó a las dos regiones. Y los problemas de deslizamientos no solo se han presentado durante la administración actual (la Prefectura de Pichincha). Han pasado muchos prefectos y presidentes en estos 50 años.
La solución no solo está en manos de la Prefectura sino también en el Ejecutivo.