Toldos y pedazos de plásticos quedaron regados en las veredas de la Bahía Villamil, en el centro de Guayaquil. A las 09:00 de ayer, un grupo de comerciantes informales se enfrentó con la Policía Metropolitana. Esta vez la pugna fue por ocupar las aceras de la calle Chimborazo, desde Ayacucho hasta Manabí.
“Nos sacaron de los puestos y nos pegaron con toletes. Solo queremos trabajar por Navidad y fin de año”, dijo Luis Morales, y mostraba el moretón en su espalda.
El ajetreo de los compradores, para hacer sus compras navideñas, se mezcló con las cuadrillas de metropolitanos, equipadas con cascos y escudos; y 80 miembros de la Policía Nacional.
El capitán de Policía, Víctor Molina, señaló que los comerciantes deben acogerse a las ordenanzas municipales. “Solo hemos venido a controlar el orden público”.
La protesta causó problemas en la circulación vehicular y varios negocios aledaños atendieron con las puertas entreabiertas. En las esquinas los reclamos se dividían. “El alcalde Nebot debe darnos permiso para trabajar solo por estos días”, pedía Ana Pincay, quien se paseaba de un lado a otro con un pesado bulto a cuestas.
“Queremos que el Gobernador (Roberto Cuero) se deje del doble discurso. Ante la prensa dice que nos apoya y después nos da la espalda”, dijo Óscar Caballero.
La tarde del viernes, 50 comerciantes informales marcharon hacia el edificio de la Gobernación del Guayas. Ese día trataron de ubicarse en las calles Ayacucho y Chile, pero les impidieron.
La Policía no medió como en ocasiones anteriores, sino que impidió que se tomaran la calle. “Hemos presentado escritos a la Gobernación y al Municipio, pero no nos dejan vender nuestros productos. Queremos trabajar como lo hicimos en diciembre del año pasado”, dijo Fausto Ullón.