En el centro de la feria, sobre una mesa de madera, hay una balanza azul. Está a la vista de los transeúntes, bajo una carpa blanca que pertenece a la Intendencia.Los clientes pueden utilizarla para comprobar si los productos que compraron tienen el peso correcto. “Si no es así, nos acercamos al vendedor y hacemos que se completen las libras compradas. Los reincidentes son sancionados hasta con la suspensión de sus ventas”, dice Verónica Dávalos.
Ella es la Coordinadora de la Feria Ciudadana Santa Martha, que promueve la Gobernación de Santo Domingo de los Tsáchilas.
En la ciudad hay otras tres ferias similares. Se crearon en el 2008, a escala nacional, para que los productores puedan tener un espacio de comercialización directa, sin intermediarios y para evitar la especulación.
Así se puede reducir los costos de venta al público hasta en un 30% y los clientes también se benefician. El avicultor Luis Yánez comercializa la libra de pollo en 95 centavos. En el resto de mercados se la encuentra hasta en USD 1,10. Tiene un margen de ganancia de 15 centavos por libra. “No es mucho si se piensa en unidades. Pero si se vende en grandes cantidades es conveniente”.
Él comercializa 200 pollos en la feria de Santa Martha, que se instala los domingos en el barrio de igual nombre. La feria en el sector Echanique funciona el mismo día. El jueves se instala en el sector Las Playas, en el sur de la urbe, y el sábado va al Recinto Ferial.
“Resulta conveniente comprar en estas ferias por el ahorro, pero también porque se garantiza la calidad del producto”, dice la clienta Nely Agila. “Si un producto resulta malo se lo cambia. Eso no pasa en los otros mercados”.
Para definir los precios, la Intendencia averigua cada semana los costos de los productos en los mercados de la ciudad. Luego se los coteja con los precios de producción y define una lista que beneficie a clientes y productores.
Manolo Vivanco, presidente de la Asociación de Ferias de Santo Domingo, afirma que en un principio fue difícil sostener las ferias. “El Gobierno no tomó en serio la propuesta. Hubo un mal manejo de las instituciones públicas. La responsabilidad se la encargó a la Intendencia”. Pero desde el 2008, agrega, hemos tenido 13 intendentes. “La mayoría no tenía claro el objetivo de la feria. Nosotros tuvimos que ayudar y organizarnos. Somos 85 asociados”.
Recién desde este año se ha notado mayor interés, con la designación del gobernador titular, Jorge Trujillo. Estuvimos un año con una autoridad encargada, enfatiza Vivanco.
Ahora los productores se comprometieron a cumplir las reglas del programa y las autoridades a garantizar un espacio seguro de comercialización.
“La feria es muy buena, pero hace falta más orden. Los productos se ofertan en la calle”, señala Fidel Aguirre, otro cliente. Según Dávalos, el sitio es provisional. Desde diciembre, la feria funcionará en un terreno con cerramiento de la avenida Juan Montalvo, diagonal a la iglesia de Santa Martha, que se está adecuando.
Los horarios y ofertas
Las ferias atienden de 06:00 a 14:00. Tienen cuatro secciones: legumbre y hortalizas; lácteo, carnes, embutidos y mariscos; frutas y también víveres.
A cada feria acuden alrededor de 2 000 personas, los fines de semana. La Intendencia controla que las balanzas no sean alteradas y se colocan los precios en cartelones, a la vista del público.
En celebraciones especiales como Navidad, fin de año, Día de la Madre, entre otros, se sortean canastas de víveres entre los clientes de las ferias.
Los compradores pueden identificar a los productores que son parte de la feria por sus uniformes. Son delantales de color azul y blanco con logotipo.