En la Escuela Coronel Jorge Gortaire, en San Pedro de Chibuleo, cantón Ambato, se evidencia uno de los mayores problemas de la educación rural de Tungurahua. Antes de la sectorización (2011) tenía 178 alumnos, hoy hay101.
Marianita Pérez, directora de ese establecimiento, aduce que eso se debe al plan de sectorización dispuesto por el Ministerio de Educación. Es decir, para matricularse en una determinada escuela, el alumno debe vivir en la zona del establecimiento educativo.
Por eso las familias prefieren migrar a las urbes en busca de trabajo y de vivienda para cumplir con este requisito y así poder elegir la escuela o colegio para sus hijos.
“Este tipo de migración afecta directamente a la educación rural, porque se cierran más establecimientos”, añade Pérez.
La reducción en el número de estudiantes también trae otra consecuencia: que haya menos profesores. Esto ocurre en la Escuela Gortaire. Allí fueron retirados dos maestros y por eso se volvió pluridocente. Es decir, tiene dos profesores por cada grado de inicial a séptimo de básica.
Carlos Monzón vive en la comuna Cuatro Esquinas con su esposa y dos hijos. El mayor estudió en el Colegio Guayaquil, en Ambato, y ahora se prepara para irse a Honduras para seguir una Ingeniería Agrónoma en el Zamorano.
“Hicimos un esfuerzo para que mi hijo pudiera recibir una mejor educación. El colegio tiene buenos fundamentos y rompimos el prejuicio de que los indígenas no podemos estudiar lo que queremos”.
En la comuna Agua Santa, en el cantón Cevallos, el cierre de un plantel con más de 60 años de permanencia afectó a los pobladores. La Escuela Numa Lafronte fue clausurada tras inaugurarse el año lectivo, porque solo asistieron 10 alumnos y eran 70.
“No podíamos trabajar con dos niños por grado. Los alumnos fueron distribuidos en las escuelas González Suárez y Juana de Arco en Cevallos”, explica Gloria Abril, ex directora que espera la apertura de un centro de enseñanza inicial.
Según la nueva normativa de Educación, los planteles deben estar a más de 8 kilómetros de distancia entre sí. Si no se cumple esto, se procede a la unificación.
Para el año lectivo 2012-2013, en Tungurahua se empezó el proceso para unificar 11 establecimientos: tres en la zona rural y ocho en el sector urbano.
Para disminuir esta tendencia migratoria, Alberto Guapizaca, rector de la Unidad Educativa Intercultural Bilingüe (650 alumnos), cuenta que en la comuna Chibuleo se construye la Unidad Educativa del Milenio, con capacidad para recibir a 2 000 estudiantes. “Será la escuela más grande del sector y recibirá a alumnos de las parroquias, comunidades y de los caseríos cercanos”.
Otros casos
La escuela Nuestra Señora de la Elevación, en el caserío Misquillí de la parroquia Santa Rosa, cuenta con 158 niños. La directora Tilma Vargas puntualiza que en esa zona hay dos centros más que se ubican a un kilómetro. “Nosotros tenemos más alumnos, pero esperamos la decisión oficial”.
En los seis distritos que tiene Tungurahua se registran 179 establecimientos de educación en los sectores rurales.