No existe control para los perros abandonados en Esmeraldas

En el barrio Isla Piedad. Algunos animales se alimentan con la basura que se bota en las calles. Foto: Juan Carlos Pérez

En el barrio Isla Piedad. Algunos animales se alimentan con la basura que se bota en las calles. Foto: Juan Carlos Pérez

Junto a un tacho de basura que está frente a la casa de Jairo Estrada, en el barrio Santa Cruz, tres perros olfatean residuos de alimentos.

Cerca, 10 canes deambulan por el sitio y ladran a algunos transeúntes que pasan por el lugar. Tienen el pelaje sucio y las heridas en las orejas y la patas son visibles.

Gonzalo Macías, jefe de Fomento y Protección de la Dirección de Salud de Esmeraldas, asegura que estos perros pueden representar un peligro sanitario porque diseminan hongos, sarnas, ácaros y pulgas.

Hay enfermedades causadas por las heces de perros no vacunados ni desparasitados como la hidatidosis que afecta a los niños, cuando tienen contacto con la materia fecal que se deposita en las veredas de la ciudad.

Otro riesgo son las mordeduras de perros, que pueden transmitir rabia. Aunque, según Macías, en Esmeraldas no se ha registrado casos este año.

Estrada sostiene que los dueños no tienen cuidado por los animales y cuando están enfermos, los abandonan en la calle. “No sé para qué los compran si no saben cómo mantenerlos”.

En Esmeraldas no hay espacios públicos o privados para albergar animales de la calle. Tampoco hay una ordenanza municipal que regule el cuidado y control.

El concejal Ricardo Contreras presentó hace 4 años una ordenanza para la crianza, paseo, tránsito y cuidado de los animales. Pero el proyecto no ha podido ser discutido por el Concejo Cantonal.

En la Secretaría de la entidad no hubo una explicación por parte del secretario Miguel Rosero. Él dijo que no conocía sobre el tema. Contreras insistió para que se considere en el orden del día de las sesiones, pero sin éxito.

“Desde el Municipio se debería expedir una ordenanza que exija vacunación de los animales, mantenerlos en lugares cerrados, ponerle una cuerda cuando se los saque a pasear, llevar funda para recoger los excrementos y ponerle el bozal”, propone Francisco López, un ciudadano interesado en el cuidado de las mascotas.

El alcalde Ernesto Estupiñán dice que el control puede hacerse desde el Departamento de Higiene Municipal, pero “no se hizo por falta de coordinación”.

Hasta el 2008 se calculaba que en la provincia había una población canina de 63 737 perros, de acuerdo con el Ministerio de Salud que emprendió una campaña de vacunación contra la rabia.

El médico veterinario Jefferson Quiñónez dice que el control médico de las mascotas de la calle, así como las de hogares es fundamental. En su consultorio atiende hasta 10 canes diarios.

Folke Mero lleva a su mascota cada 30 días para controlar el peso y desparasitarlo. La consulta le cuesta USD 10.

Janeth Rosales, en cambio, dice que está pendiente de sus tres perros, pero que no tiene suficientes recursos para pagar las consultas o comprar medicamentos.

Quiñónez señala que las vacunas ayudan a evitar otras enfermedades transmisibles a los humanos como la leptospirosis, hepatitis, rabia y bronquitis.

El médico Ramón Echeverría sostiene que para evitar a un problema de salud pública las autoridades de Salud y Municipio deben exigir a los dueños que cumplan con normas mínimas de cuidado con sus animales.

Quiñónez cree que la ciudadanía debe presionar para la creación de los espacios públicos que se encarguen de los canes que deambulan sin dueño.

El cuidado es fundamental

Sea riguroso en las vacunas, cuidados y en las instrucciones de su veterinario. Extreme la limpieza y no deje que pequeños tengan contactos con la boca.

Sea puntual a la hora de proporcionar las comidas adecuadas. No ceda cuando las mascotas pidan comida fuera de horas. No le permita robos de comida, porque puede afectar su peso.

No adiestre a su perro para que se parezca más a un arma o a un objeto valioso de decoración. Déjelo que sea libre en la medida de lo posible.

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