Mushuc Runa inyectó la pasión por el fútbol en los niños y en los adolescentes de las comunas de Tungurahua.Álex Maliza, de 12 años, es uno de ellos.
Él pidió a sus padres que le permitieran ingresar en la escuela de fútbol del conjunto del ‘ponchito’. Así denominan localmente a este equipo recientemente ascendido a la Serie B y cuyo objetivo es convertirse en una cantera de futbolistas para el país y el exterior.
“Puedo hacer 50 cascaritas sin descansar. Cada día quiero mejorar porque deseo pertenecer al Mushuc Runa (hombre nuevo en español)”, comenta el muchacho, mientras anuda su cabello oscuro con una liga.
Luego cubre su cabeza con un gorro de lana para protegerse del frío del páramo en el estadio de la parroquia Juan Benigno Vela, al occidente de Ambato.
Medio centenar de chicos como él participan en esta escuela y no son los únicos. La ‘fiebre’ por el fútbol también influye en las escuelas y en los colegios de esta zona situada a 3 500 metros de altitud. Así lo entiende Alberto Guapisaca, director de la Red de Educación Bilingüe Chibuleo, que agrupa a 1 700 estudiantes de tres escuelas y cuatro colegios.
“La influencia del equipo local cada es más notoria. Muchos niños y adolescentes han organizado equipos en las comunidades y en las parroquias Juan Benigno Vela, Pilahuín y Chibuleo”, comenta Guapisaca.
La escuela permanente del Club Mushuc Runa se inició en el 2010. Los niños y adolescentes practican en las canchas de tierra con arcos de madera unidos por cuerdas. También se improvisan espacios en los potreros y en las zonas abiertas rodeadas de casas de bloque, bahareque y de sembrados de maíz y de papas.
Estas parroquias y comunidades están conectadas especialmente por la carretera Ambato-Guaranda y una serie de calles adoquinadas y pasajes de tierra.
El principal campo de juego se ubica en la parroquia Juan Benigno Vela. Allí entrenan alrededor de 50 niños en las categorías Sub 8, Sub 10, Sub 12 y Sub 14.
Luis Chango, de siete años, se describe como un delantero de área. De cabello lacio y 1,30 metros de estatura, le gustaría jugar como Leonel Messi, el astro argentino que milita en el Barcelona de España. El técnicoJulio Zurita comentó que la acogida de los niños se incrementó luego de que el equipo ascendiera a la Serie B.
Otro de los futuros futbolistas es Cristian Quisintuña. Tiene 12 años y juega de volante. “Quiero entrar en las categorías del Club. Por eso hago rápido los deberes y me vengo a practicar. Cada día camino cinco minutos desde mi casa en Alpachaca”.
Zurita explica que “pretendemos llegar con futbolistas juveniles en los próximos años al equipo principal. Seis niños poseen las condiciones para ser deportistas de élite. Tienen buen manejo de balón y son disciplinados en los entrenamientos y en sus casas”.
El interés por el fútbol y el equipo indígena se incrementará en los próximos meses cuando empiecen a funcionar las nuevas instalaciones en el estadio Echa Leche. Está situado en la comunidad del mismo nombre. Según los dirigentes, la obra tiene un avance del 50%.
Apoyo a las inferiores
El presupuesto para las categorías inferiores del club es de USD 60 000. El dinero proviene del aporte de los 150 socios cotizantes que tiene el equipo indígena.
Otra de las escuelas de fútbol está ubicada en el cantón Cevallos. 100 niños entrenan en el estadio Central y en las comunidades Andignato y La Victoria.
Los entrenamientos de las categorías Sub 16 y Sub 18 son en el estadio Pilahuín, Echa Leche, Miñarica y en Pucará.