Los directivos de decenas de comunas que se beneficiarán con el proyecto de agua potable y riego Pesillo-Imbabura insisten en dialogar con el presidente Rafael Correa.
Ellos quieren saber sobre la contratación e inconvenientes técnicos que hay para que esta obra, que lleva 12 años paralizada, culmine. Según el presidente del proyecto, Gonzalo Cabascango, pidieron una cita al Mandatario, pero no se ha concretado.
Esta obra se completa con el proyecto de riego Tabacundo-Cayambe, que empezó a construirse en 1998 y que pretendía regar 13 000 hectáreas en nueve parroquias de Cayambe y Tabacundo. Esta obra ayudaría al proyecto de agua Pesillo-Imbabura, que beneficiará a 450 000 habitantes de Cayambe, Tabacundo, Otavalo, Ibarra y Antonio Ante.
El Gobierno Provincial de Pichincha y la constructora Andrade Gutiérrez firmaron el contrato en 1998. La obra debió inaugurarse en el 2002, pero no ocurrió así. Se construyó cerca del 50%.
Según los técnicos de la Prefectura, en los estudios no se consideraron los problemas de ingeniería ni los ambientales, que subieron los costos. En el 2009, Correa pidió unificar ambos proyectos y ofreció USD 80 millones para concluirlos en 36 meses, con el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) a cargo.
El plazo corre desde agosto del año pasado. El alcalde de Cayambe, Diego Bonifaz, señala que las comunas sufren racionamientos de agua. En los poblados La Chimba, Pesillo, Mollurco, Chaupi y las zonas rurales de los cantones Cayambe, Tabacundo, Otavalo, Ibarra y Antonio Ante, la escasez de agua para consumo humano y riego es preocupante.
“Nos sigue ocasionando indignación que lo que se pudo construir ya está en ruinas. Pedimos al Presidente que cumpla con su ofrecimiento”, dice Bonifaz.
En el área urbana de Cayambe también hay problemas. Bonifaz advierte que si estos proyectos no se terminan, más de 60 000 personas enfrentarán un desabastecimiento desde el 2013.