Los jóvenes de La Concordia piden cambios

Foto: EL COMERCIO

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El jueves pasado, Christian Loor, de 16 años, estaba empeñado en arreglar un teléfono celular. Este joven trabaja desde hace dos meses en un local de la calle Simón Plata, la de mayor movimiento en el cantón La Concordia.

Allí se concentra la mayoría de comercios, como almacenes de ropa y restaurantes. En general, las personas que transitan por el lugar son adultos. Los pocos jóvenes que se encuentran allí trabajan en los distintos negocios.

Aunque no está seguro de si la anexión de La Concordia a Santo Domingo de los Tsáchilas aportará beneficios para el cantón, Loor está feliz de que esto se haya resuelto. “Viví cuatro años en Esmeraldas. Allá hay más violencia”.

Sin embargo, opiniones como las de Loor no fueron consideradas en la consulta del domingo pasado, pese a que el 43,01% de la población de La Concordia corresponde a menores de 18 años. De los 42 924 habitantes que posee este cantón, 18 463 son niños y adolescentes.

En la consulta, el 64,92% de los concordenses votó para que su cantón deje de ser parte de Esmeraldas, a la que fue anexada desde el 26 de noviembre del 2007.

Si bien algunos jóvenes participaron en el proceso de manera facultativa, como lo permite el artículo 62 de la Constitución, muchos no lo hicieron. Niños y jóvenes consultados compartieron el entusiasmo por pertenecer ahora a otra provincia. Pero las razones para ese sentir son diversas.

Emily Barahona, de 11 años, no entiende mucho sobre esta situación. Sus padres le dijeron que con la nueva decisión, el cantón se beneficiará con más recursos. “Tal vez las autoridades podrían hacer más parques”, opinó la niña. Desde que se iniciaron las vacaciones, a finales de enero, ella ayuda a sus padres, de 08:30 a 18:00, a vender productos naturales.

Antes, Emily solía jugar en el Parque Central, ubicado en esa misma calle. Desde noviembre del año pasado, el lugar está cercado por trabajos de remodelación. Se prevé que las obras culminen en unos cuatro meses, según Raúl Barahona, administrador de este espacio.

Uno de los sitios donde los jóvenes se distraen es la cancha de fútbol de césped sintético, ubicada en la calle Juan Montalvo. Junto a esta hay otra cancha de basquetbol, pintada de rojo y juegos infantiles. El lugar, conocido como ‘canchas sintéticas’, está limpio y bien conservado.

Sebastián Román, de 11 años, era uno de los pocos niños que jugaban en el lugar el pasado jueves. Se paseaba con su patineta. Él también prefiere que La Concordia forme parte de Santo Domingo por la cercanía que hay entre ambos lugares. “Suelo ir allá con mi abuela a comprar juguetes”.

Ese día, en la calle Juan Montalvo, María Belén Morocho, de 14 años, paseaba con sus amigos. También le agrada que La Concordia sea de Santo Domingo. Cree que el gobierno tsáchila puede aportar con más recursos para arreglar las vías. Hoy vías como la Juan Montalvo y la Eugenio Espejo están llenas de baches.

A pesar de sus expectativas a favor de su ciudad, la joven desea seguir sus estudios universitarios en Quito. “Allá la educación universitaria es mejor”. María Belén quiere estudiar medicina.

Actualmente, en La Concordia funcionan tres extensiones de las universidades Luis Vargas Torres, Universidad de Guayaquil y la Técnica Particular de Loja.

La infraestructura

En La Concordia funcionan 36 escuelas fiscales y ocho particulares, ocho colegios nacionales y cinco particulares.

El cantón tiene tres parques: el Central (en remodelación), en la calle Simón Plata; las ‘canchas sintéticas’, en la calle Juan Montalvo; y el Parque de la Muerte, en el barrio Nueva Concordia.

Testimonios

Jeremy Álava / 11 años

‘Pido más seguridad en las calles de la ciudad’

Por vacaciones, ayudo a mi abuela a arreglar las zapatillas que vende. Estoy feliz de que La Concordia ahora sea de Santo Domingo. Acá nunca vinieron las autoridades de Esmeraldas. En Santo Domingo, las cosas son más baratas. Mi familia siempre va a comprar la mercadería allá. Yo pido que haya más seguridad en las calles.

Christian Loor / 16 años

‘Faltan más lugares de reunión para los jóvenes’

No sé si ahora que La Concordia es de Santo Domingo va a beneficiarnos. Por vacaciones estoy trabajando como técnico de celulares. A veces voy a jugar a las canchas sintéticas. Creo que sí faltan más lugares de reunión para nosotros. Cuando me gradúe, quiero estudiar Ingeniería de Sistemas en Quito, porque allá la educación es mejor.

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