Los ganaderos prefieren callar los casos de robo de animales en Sto. Domingo

En una plataforma elevada se controla el ganado que sale de la feria los martes y jueves. Foto: Juan Carlos Pérez/EL COMERCIO

En una plataforma elevada se controla el ganado que sale de la feria los martes y jueves. Foto: Juan Carlos Pérez/EL COMERCIO

Los controles son cada vez más rigurosos en la feria de ganado de Santo Domingo.

Para comprar animales, los comerciantes exigen cuatro documentos como el certificado de propiedad y el de vacunación contra la fiebre aftosa.

Esto debido al robo de semovientes que según la Asociación de Ganaderos de Santo Domingo (Asogan) ha tomado fuerza desde el 2010 cuando se registraron 953 denuncias a nivel nacional. De estos, 202 ejemplares desaparecieron en la provincia tsáchila.

El año en que más se registraron casos de abigeato fue en el 2011. La cifra a nivel nacional fue de 1 225, pero en Santo Domingo solo se registraron 51 de estos casos delictivos.

En la Policía Judicial santodomingueña no  se registraron denuncias de los ganaderos en enero de 2014.

Según Juan Zambrano, gerente de Asogan, esto se debe a que los ganaderos se cansaron de denunciar los ilícitos y a que no se recuperarán las reses.

Ese fue el caso de David T., quien es ganadero desde hace 20 años. Él asegura que desde el 2010 ha sufrido al menos dos asaltos por año. “Mis vacas luego eran vendidas en la feria. Debía pelear para que me las devolvieran”.

Según Zambrano, hasta el año pasado, pese a los controles  se introducía ganado ilegalmente. Pero se tomaron medidas de control.

A la salida de la feria, dos personas revisan al detalle los documentos emitidos por Asogan. Si son legítimos se colocan tres sellos. Uno de la Policía Nacional, otro de Asogan y el tercero de Agrocalidad.

Con estos documentos se hacen controles a las afueras de la provincia. Los vehículos que transportan ganado solo pueden circular de 06:00 a 18:00.

El comerciante y transportista Ángel Mendoza asegura que entre los ganaderos de la feria que se realiza los martes y jueves se han tomado otras medidas complementarias.

Al hacer una compra se fijan en el número de placa del camión que transporta las vacas y solo se compra a conocidos o recomendados. Cuando hay un robo de ganado, los ganaderos se comunican para evitar la compra de las reses robadas.

“Nos dicen la raza, edad y tipo de animal. Si alguien quiere vendernos y advertimos que hay variación en el precio o que los documentos son sospechosos, avisamos a las víctimas del robo y a la Policía”.

También se suben a un puente peatonal que hay a la salida de la feria. En la guía que le dan a cada comerciante que compró ganado consta el número de animales que transporta. Desde la plataforma, los ganaderos víctimas de un robo  observan al detalle cada vaca o torete que ingresa a la feria hasta encontrar las suyas.

Una acción infalible

Con este método Esteban B., encontró a sus seis vacas brahman.  Uno de los comerciantes las compró a un desconocido por USD 900 cuando su costo es USD 1 200 cada una.

El vendedor presentó documentos, pero no entregó la copia de la matrícula del camión ni la licencia del conductor que son requisitos para adquirir una res. Sin embargo el comerciante obvió esos documentos  y compró, pero anotó las placas y características del vehículo.

A la salida de la feria, Esteban B., detuvo la camioneta del comerciante para examinar si esas eran sus vacas. En el control los operadores también se percataron que los documentos estaban incompletos. El comerciante entregó el ganado que estaba marcado con las iniciales de la hacienda de Esteban B. y dio aviso a la Policía. “Le dimos los datos del camión y en la entrada a El Carmen capturaron a supuestos estafadores. Tenían el dinero que se les pagó por mi ganado”.

El comandante de la Policía de la zona 4, Ramiro Mantilla, señaló que las prácticas que se realizan en Asogan son las correctas, pero que se debe frenar el robo desde las haciendas.

Para ello se elaboró un plan que tiene tres ejes que se cumplirán hasta el 2017. Uno de estos  es el botón de pánico que alerta a la Policía de un robo.

En una computadora se tendrá registrada la dirección exacta del ganadero. En el momento, los policías de la zona rural se capacita mientras Asogan recolecta la información de los ganaderos.

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