Pese a que nueve comunidades de los cantones Penipe y Guano, en Chimborazo, fueron declaradas en alerta naranja, la evacuación de la población aún no se realiza.
La noche del miércoles, las autoridades del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de Chimborazo resolvieron que los habitantes de esas zonas abandonen obligatoriamente sus casas.
fakeFCKRemoveEsos sectores están considerados como los de mayor riesgo ante una posible erupción del Tungurahua. Las comunidades en esta situación son Palictahua, Capil, Ganshi Bajo, Pungal de Puela, Bilbao, El Manzano y Choglontus en Penipe; y Cahuají Bajo y La Palestina, en el cantón Guano.
El gobernador de Chimborazo, Carlos Castro, informó en la mañana de ayer que a las 14:00 se iba a realizar la evacuación, pero eso no ocurrió. Las autoridades del COE de Penipe optaron por una reunión con los habitantes en la parroquia Puela, para explicarles qué significa el cambio de alerta amarilla a naranja.
En La Y del sector de Ganshi Bajo, a 10 minutos del centro poblado de Penipe, se ubicaron seis policías y 20 militares para impedir el ingreso de las personas.
Los moradores de las comunidades siguen en sus viviendas. En Palictahua, los campesinos daban de comer a sus gallinas, vacas y cerdos. A 10 minutos, en Calpi, los agricultores cosechaban la mora como todos los días.
De acuerdo con la resolución del COE, si los habitantes salen se les permitirá el ingreso controlado, ordenado y coordinado para que puedan cuidar sus animales y trabajar en sus chacras.
Esas labores podrán hacerlas de 06:00 a 17:00, luego de que las autoridades les entreguen una identificación o salvoconducto. Para tramitar este permiso se realiza un censo de la cantidad de personas de las nueve comunidades.
Según Castro, por el momento no se sabe cuántas familias habitan en las zonas de alto riesgo. Solo se conoce que en la parroquia Puela viven 295 personas.
En el centro poblado de Penipe, a 40 minutos de Riobamba, los estudiantes de colegios y escuelas caminaban por el parque central. Los vendedores de las tiendas y los funcionarios de las oficinas públicas cerraron sus puertas al mediodía, para ir a almorzar.
En este pueblo se sentía calma y tranquilidad. Un fuerte sol abrigaba a sus habitantes que transitaban por las calles asfaltadas y adoquinadas.
En los sectores de riesgo también apareció el sol, luego de algunos días de llovizna. Antes de la decisión del miércoles, las nueve comunidades estuvieron bajo la alerta amarilla desde el 1 de abril del año pasado, luego de que permanecieron durante cuatro meses en alerta naranja por la excesiva cantidad de ceniza que caía.
Castro dijo que el cambio de la alerta se hizo por pedido del alcalde de Penipe, Fausto Chunata.
El fin de semana y el lunes último ya se debatió esta medida sin embargo, por el desacuerdo entre los dirigentes de los poblados, no se adoptó ninguna resolución.
Ellos no quieren abandonar sus viviendas porque temen que sus gallinas, cerdos, conejos, cuyes y otros animales mueran; y que sus bienes sean robados.
La noche del miércoles pasado, los miembros del COE llegaron a un acuerdo con los dirigentes para concretar el cambio de la alerta, según Castro.
El Gobernador de Chimborazo también manifestó que la situación del volcán no ha variado desde el 28 de mayo, cuando se registró un erupción súbita.
“El lunes, el técnico Gorky Ruiz (del Instituto Geofísico) nos demostró que ningún movimiento del volcán puede menospreciarse”. Eso significa que la actividad es alta, es decir, los sismos en el coloso son constantes.
Según el acta de la reunión del COE provincial, de la noche del miércoles pasado, esa actividad es un poco más alta si se compara con la de los días anteriores. Ayer se registraron de dos a tres explosiones por hora. Estas arrojan piedras incandescentes que bajan por los flancos del volcán y columnas de ceniza de hasta 3 kilómetros de altura desde el cráter.