No todos los adolescentes, adultos mayores y personas con capacidades especiales en Ambato conocen sobre el voto facultativo para las elecciones del próximo 17 de febrero.
Este derecho, que consta en el artículo 39 de la Constitución de la República, les permite escoger si votarán o no sin que ello implique sanciones o multas en su contra.
Pero no todos conocen de este beneficio. Según la Delegación Provincial de Tungurahua del Consejo Nacional Electoral (CNE), hay 23 201 adolescentes de 16 y 17 años en esta provincia, de un total de 365 202 en el país.
Jonathan Paredes, de 16 años, estudia en el Colegio Adventista. Conoció sobre el voto facultativo u optativo esta semana, a través de un tríptico que recibió en el parque. Pero él no se siente motivado. “No votaré porque no es obligatorio”, dijo mientras leía las pancartas políticas que empezaron a ubicarse en el centro de la ciudad.
El miércoles pasado, alumnos de cuarto y quinto de bachillerato miraban indiferentes los mensajes políticos que se entregaban impresos en cajas de fósforos, calendarios de bolsillo, hojas volantes, pancartas móviles y trípticos.
Kléver Herrera, alumno de 16 años del Colegio Guayaquil, no recibió capacitación, pero decidió que sí sufragará en febrero. No sabe exactamente por quién.
Marcelo Luzuriaga, de 18 años y alumno del Colegio Luis A. Martínez, dijo que los miembros del Consejo Estudiantil recibieron instrucción de funcionarios del CNE de Tungurahua. “No obstante, no todos mis compañeros le dan importancia a las elecciones. Para algunos, el certificado de votación no es importante para los trámites en las instituciones”.
Con el fin de impulsar el voto juvenil, el CNE oficializó la campaña ‘Caigamos a votar’ en noviembre del 2012. Para la directora provincial de esta institución, Anabel Pérez, el objetivo es crear en los chicos una conciencia cívica y ética sobre la importancia de participar en la toma de decisiones del país mediante el voto facultativo.
Durante las conferencias, la funcionaria abordó temas como la importancia de la participación de los jóvenes, las dignidades que se elegirán en el ámbito nacional y provincial, entre otros temas.
Otro sector social que cuenta con el voto facultativo son los adultos mayores. Según el Censo de Población y Vivienda 2010, en Tungurahua hay aproximadamente 38 000 personas que tienen entre 65 y 85 años.
Uno de ellos es Vicente Sánchez, un agricultor de 80 años y que es oriundo del cantón Baños de Agua Santa.
En la actualidad conduce una camioneta de alquiler. Él comentó que no ejercerá su derecho al voto. “Lo que se informa sobre el tema no es suficiente para motivarme. Además, considero que todos los políticos mienten y ofertan cosas que nunca cumplirán”.
Quien sí está muy interesado en ejercer su derecho al voto es Elías Montenegro, de 45 años. Él usa una silla de ruedas para movilizarse por las calles.
Montenegro trabaja en una fundación que impulsa la inserción laboral de las personas con discapacidad. Comenta que desde los 18 años participa en los procesos electorales.“Lamentablemente no todos podemos ejercer este derecho por las limitaciones de cada persona y por los obstáculos arquitectónicos que hay en las ciudades y que aún no se eliminan”.
No hay datos oficiales del número de personas con discapacidad que están aptas para votar.
Carlos Bonilla Velasteguí
Ex presidente del Tribunal Provincial
“21 años es la edad adecuada para que voten los jóvenes”
El voto facultativo no despierta el interés necesario así como el patriotismo, civismo y la responsabilidad de los estudiantes y adultos mayores, quienes manifiestan poco o ningún interés por ejercer este derecho Constitucional.
La edad para que las personas voten deben ser los 21 años. A esa edad se tiene formación, madurez y valores. Los jóvenes llegarán a las juntas receptoras del voto a ejercer ese derecho, pero sin ningún criterio. Unos por obedecer a su padres, otros sin ninguna formación política.
Hace falta más socialización de este derecho. Este beneficio se debió difundir en la mayoría de colegios de la provincia.