La profesora Diana Alcívar estaba en la entrada del Registro Civil de La Concordia. Aguardaba a que su esposo terminara un trámite. De pronto, un hombre se le acercó para dialogar.
Se presentó como Jorge Garay, un empleado público. Quería saber su punto de vista sobre las elección de asambleístas previstas para el 2013.
Para Garay, los concordenses deberían votar por los legisladores de Esmeraldas, porque “legalmente aún pertenecen a esa provincia”.
Pero el comentario inquietó a Alcívar. “Debemos votar por Santo Domingo, porque eso fue lo que eligió el pueblo en las urnas”, señaló en referencia a la consulta popular que se hizo el pasado 5 de febrero.
Entonces, el 64,9% de los votantes (15 084 personas) eligió ser de la provincia De los Tsáchilas. Pero para que el resultado se haga oficial, la Asamblea Nacional debe dar su aprobación.
“Si no nos atienden iremos con una comisión a Quito y buscaremos al presidente del Concejo Nacional Electoral (CNE). Debe resolver esta situación”, afirmó Ramiro Carrera, vicealcalde de La Concordia.
Según él, el tema está cada vez más politizado. El 6 de noviembre pasado se hizo el segundo debate del proyecto para oficializar a La Concordia como parte de Santo Domingo, pero no hubo los votos necesarios.
La asambleísta de País, Mery Verduga, reconoció que los legisladores no querían arriesgar su puesto en las listas de sus partidos, para la reelección. “Si adoptaban una posición era posible que los saquen. Pero ahora que están definidas las listas podremos lograr más apoyo”.
Ella recordó que los resultados de la consulta son de cumplimiento obligatorio, según el artículo 104 de la Constitución. Pero el abogado Oswaldo Sánchez asegura que “en este caso no aplica, porque la consulta desde un principio fue ilegal”.
Esto porque el presidente de la República, Rafael Correa, “la convocó sin el aval de la Corte Constitucional”.
Aunque para Verduga ese argumento no tiene validez, porque “la Corte solo debe aprobar la pertinencia o no de las preguntas, no del proceso. Y si no se pronuncia se da por aceptadas las preguntas”.
Por eso en la Asamblea se pidió a una comisión especial que establezca el tipo de sanciones que se aplicarían a los legisladores que no voten en favor de la reforma al proyecto.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos, La Concordia tiene 42 924 habitantes, de los cuales aproximadamente 23 300 son los que sufragan.
Esa cantidad de votos es clave para los candidatos de ambas provincias. De ahí el interés político para que se defina por quién votarán los concordenses.
Eso es lo que cree Julio Caicedo, profesor de la Universidad Luis Vargas Torres, de la sede La Concordia. “En elecciones anteriores, Santo Domingo contaba con tres asambleístas; ahora, con cuatro. El problema es que no hay ni un solo candidato concordense que debería ser lo lógico”, agregó.
Mercy Rodríguez, jefa cantonal del Registro Civil de La Concordia, dijo que si no hay un pronunciamiento oficial, el proceso se hará igual que el último. Se elegirán legisladores de Esmeraldas.
La crítica social
El martes pasado se vio en las calles un burro con corbata. Tenía un rótulo en el que se leía: Para asambleísta por Esmeraldas, vota por Don Burro.
Es un émulo de la figura de Don Burro, que promueve un colectivo político de Guayaquil. Es una crítica a los perfiles de los candidatos a asambleístas que constan en las listas de los diferentes partidos políticos.
El alcalde de La Concordia, Walter Ocampo (País), criticó a las autoridades de Santo Domingo, porque, según él, no han dado el apoyo que el cantón requiere para definir sus límites.