Diversión y paz, al pie del Cotopaxi

El circuito de cuerdas altas, con el volcán Cotopaxi de fondo, es un ejercicio de aventura que busca motivar a las personas a vencer sus propios límites. Fotos: Galo Paguay / El Comercio

El circuito de cuerdas altas, con el volcán Cotopaxi de fondo, es un ejercicio de aventura que busca motivar a las personas a vencer sus propios límites. Fotos: Galo Paguay / El Comercio

Tres haciendas ofrecen paquetes turísticos de un día o más. Cabalgatas, paseos en bicicleta, caminatas y otras actividades son algunas de las opciones para disfrutar en las faldas del nevado.

El Cotopaxi juega a las escondidas. Un día nublado y frío se vuelve de pronto soleado y tibio. Entonces aparece él, tan majestuoso y blanco que asombra, atrapa e intimida.

La casa principal de la hacienda El Porvenir, ubicada a 21 kilómetros de Machachi y a hora y media de Quito, es acogedora y cálida. Si el frío del páramo es demasiado, una estrecha sala con leña encendida es un refugio apto para planear el paseo. Armar la agenda depende de gustos y del tiempo.

Al salir está la primera aventura. Es un circuito de 12 tipos de cuerdas. Cruzarlas es un desafío que requiere decisión, ingenio y habilidad. En ciertos casos, el reto es enfrentarse a esos miedos e inseguridades que bloquean a las personas. En otros, es un divertido juego.

Después, la oferta de actividades se amplía. Un corral lleno de hermosos caballos tienta a montar en uno de ellos hasta al más inexperto jinete.

Don Rafael Changoluisa es el instructor y conoce bien a cada animal. Para empezar, presenta al turista a Quesillo, Veneno y otros caballos. La idea es que se vean y que el jinete sepa el temperamento del animal, antes de subir. Un zamarro, un poncho y un casco son implementos necesarios para cabalgar. Brindan seguridad, pero además protegen del intenso frío de la zona.

Después, todo es disfrutar. Cabalgar con un poco de lluvia es parte de la aventura, en medio de un espectacular escenario natural. El agua y las nubes van y vienen, así como los rayos del sol. El paisaje decorado por blanco hielo, dorados sembríos, verde pasto y ganado se disfruta mejor al acompasado ritmo del galope del caballo.

Otros senderos son aptos para el 'trekking' o el ciclismo. Dependiendo de la ruta elegida, se puede llegar a cascadas, remansos de bosque y a miradores para apreciar la belleza del entorno y sentir de repente la paz de la montaña.

Un recorrido como este se puede realizar en un día, pero no es la única alternativa. La escalada por paredes rocosas, días de cabalgatas y 'camping' o una aventura de alta montaña se pueden programar también desde las haciendas Santa Rita (a dos horas de Quito) y El Tambo (a cuatro horas), que forman parte del circuito de Tierra del Volcán. Subir al Rumiñahui, al Pasochoa o al espléndido Cotopaxi es la meta.

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