En la capital azuaya, pocos candidatos han sintonizado con los pedidos de los habitantes de los barrios y parroquias rurales. Entre las principales demandas están la seguridad, la vialidad y los servicios básicos.
Para el proceso electoral del próximo domingo, el Consejo Nacional Electoral dividió al cantón Cuenca en las circunscripciones urbanas norte, sur y rural. Con esa partición, los 505 585 votantes elegirán un alcalde, 15 concejales y 105 vocales de juntas parroquiales.
Alejandro Cordero, Lucía Cardoso, Marcelo Cabrera y Paúl Granda, quienes buscan la Alcaldía, han centrado sus ofertas de campaña en mejorar la movilidad, trabajar por la seguridad, incentivar la producción, construir viviendas económicas y generar fuentes de empleo, principalmente.
Piden servicios básicos
El cuencano Cornelio Morales, de 65 años, vive desde hace cinco en el barrio Puerto de Palos, de Yanuncay, parroquia urbana del sur. Allí más de 50 viviendas usan pozos sépticos por falta de alcantarillado. Las calles son de tierra y la zona tiene escasa iluminación.
Para Morales, esas son prioridades, pero ningún candidato tiene propuestas concretas. “En Cuenca se ofrece megaobras como ampliar el estadio, parques temáticos, casas sin pagar entrada… pero hay necesidades básicas insatisfechas”.
Según la Empresa Municipal Etapa, la cobertura de alcantarillado en la zona urbana es del 94% y en la rural del 48%. En agua potable, el cantón está mejor servido con el 98 y 94% respectivamente.
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Los problemas son casi los mismos en las circunscripciones urbanas. La gente se queja por la inseguridad, excesivo consumo de alcohol, congestión vehicular y mal estado de calles. Lo último es más notorio, sobre todo en barrios apartados de las 15 parroquias urbanas.
En Cuenca hay 400 barrios urbanos y suburbanos. La parroquia Totoracocha es la más poblada (30 000 habitantes). Para Hernán Madero, presidente del Comité Promejoras, las nuevas autoridades deben fijar políticas y proyectos para mejorar la seguridad.
Le preocupan los robos a casas y los desconocidos que beben alcohol en espacios públicos. Hugo Vinueza, presidente del barrio de la Central Telefónica (Totoracocha), dice que los cuencanos pagan la tasa de seguridad sin ver resultados.
Miraflores es otra parroquia grande, en donde la gente de varios sectores aún sortean el lodo los días de lluvia, porque hay múltiples calles de tierra y con grandes huecos. Para Carmen Tenemea, de 56 años, otro problema es la recolección de basura y la limpieza de los parques. “No hay propuestas sobre estas obras puntuales”.
En las parroquias rurales, hay necesidades similares. Pero en primer lugar está la escasa cobertura de servicios básicos y el arreglo de vías de tercer orden como estrategia para subir la producción agrícola y la calidad de vida de las familias.
La parroquia Baños (suroeste), tiene 22 barrios y 20 621 electores. Mercedes Chamba vive en Cochapamba y dice que las autoridades parroquiales no se preocupan del alcantarillado ni del arreglo de vías. Pero según el Municipio, en los últimos cuatro años Etapa ha invertido más de USD 30 millones en proyectos de agua potable y alcantarillado.
Manuel Paucar es vocal de la parroquia Nulti. Para él, la mayor deficiencia es el alcantarillado, porque solo hay cobertura en el centro y está a punto de colapsar por los hundimientos y problemas geológicos.
Comunidades como Loma de Capilla, San Vicente, Hierba Buena, El Arenal, El Salado… tienen pozos sépticos. Paucar cree que al ser parroquias de menor tamaño, los candidatos locales conocen las necesidades y por eso ofrecen obras concretas en servicios básicos.
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