La céntrica calle Ambato lució por primera vez despejada la semana pasada. No había triciclos con carga compitiendo, vehículos con conductores pegados al claxon ni vendedores gritándole al oído a los transeúntes.
“Se me hizo extraño verla así”. Edison Cusme, de 20 años, lo reconoce. Él cruza a diario por el sitio para ir a su trabajo. “A veces no se puede ni caminar, las veredas están tomadas y hay desorden”.
Los comerciantes que ocupaban las calles salieron del sitio mientras se ejecutan los trabajos de cambio de tubería de sistema de agua en la ciudad de Santo Domingo.
Su ausencia revivió el debate público sobre la conveniencia de los proyectos que el Municipio impulsa para organizar el comercio.
Nelson Corella dice que se ha logrado acuerdos mínimos con la mayoría de asociaciones. Él es el principal dirigente de los 700 vendedores de la calle 3 de Julio; un ícono del comercio informal.
Ahí fue donde nació la venta, hace 30 años. Entonces la calle era peatonal y muy frecuentada por el ya desaparecido cine Atalaya. “Al principio éramos pocos. No llegábamos ni a 10. Los productos eran colocados sobre plásticos en las veredas. Teníamos que correr cuando nos perseguían los municipales”. Ahora, según un censo impulsado por el Municipio en 2011, hay cerca de 1 200.
Desde el departamento de Comercio Autónomo de Santo Domingo se impulsa un proyecto que incluye la construcción de una plaza comercial popular, en el sector Las Delicias.
Xavier Loaiza, director de ese departamento, dice que se levantará en un terreno de ocho hectáreas. Está en proceso de expropiación, pues le pertenece al Issfa.
En junio se espera que estén listos los estudios. Ahí también operará la terminal interparroquial, con lo que, según Loaiza, se garantizará la afluencia de personas.
Luego vendrá la aprobación del diseño del proyecto, la gestión de la licencia ambiental… Hasta entonces no se podrá conocer cuánto costará un local en la nueva plaza comercial. Esta duda ha dado pie a especulaciones.
José Vélez, dirigente y vendedor de jugos en la calle Ambato, dice que los comerciantes pagan al Municipio USD 6 al mes por un espacio de 1,50 x 2 metros.
“Los ingresos que tenemos no son grandes. Por eso tenemos miedo de que el Municipio determine precios que no podamos costear”. Entre los puestos de venta hechos de plástico y palos de madera se habla de cifras entre USD 10 000 y USD 40 000 por local.
“La señora que gana USD 8 vendiendo maduros nunca va a poder costear esos montos”. Y estos pequeños comerciantes, según Vélez, son una mayoría. “El censo habla de 1 200, pero hay como 7 000 (vendedores)”.
Loaiza dice que a la hora de establecer precios se pensará en facilidades de pago para los comerciantes. “No es un proyecto pensado como negocio para el Municipio, lo que se busca es recuperar los espacios públicos con un componente social”. Además, darle al comerciante un espacio digno de trabajo y aportar con el ornato y orden de la ciudad.
Para los expendedores de alimentos habrá un proyecto concreto. Se trabaja en tres plazas (patios de comida) en el parque Las Guadúas, la Urb. Zambrano y en el Parque de la Madre.
Los espacios tendrán canchas deportivas para el entretenimiento. 170 vendedores podrán hacer uso de las instalaciones.
Mary Aguilar, usuaria, cree que de cumplirse con las obras, el rostro de Santo Domingo mejoraría, pero le preocupa que los precios de los productos suban de precio.
“Uno busca la economía del hogar y por eso compramos en la calle. En los puestos todo es más barato. Un pantalón en local comercial me cobran USD 30. En la 3 de Julio en cambio lo consigo por USD 15. Si van a una plaza comercial los precios subirán”.
Corella sostiene que parte de los acuerdos con el Municipio contempla el acceso a locales con precios cómodos para no afectar al consumidor. “Subirán unos dos dólares los costos finales pero no más. Lo importante es que Santo Domingo se verá más ordenada y con eso todos ganamos”.
Retraso en el plan mayorista
Los cerca de 400 expendedores de productos perecibles y no perecibles al mayoreo no tienen un lugar que preste las condiciones sanitarias, técnicas y de seguridad para su actividad.
Por eso la Dirección de Desarrollo Económico anunció la construcción de un mercado mayorista. Pero su ejecución tiene seis meses de retraso.
Según Clemencia Quishpe, directora de esa dirección, se identificaron acuíferos (ojos de agua) en el terreno. Esto impide que se hagan los estudios y construcciones.
Se espera que en el primer trimestre del 2014 se retome el proceso, con la adquisición de un terreno aledaño al anterior de ocho hectáreas. Se negocia una “expropiación amigable”, dice Quishpe.
Está en el kilómetro 14,5 de la vía Santo Domingo – Quinindé. El costo de la obra de infraestructura no será menor a USD 10 millones y albergará a 600 comerciantes.
Pero aún se debe conseguir el financiamiento. El Municipio espera tener el apoyo, por ejemplo, del Banco del Estado.
“En el nuevo camal de Santo Domingo pasó algo similar. Se hicieron los estudios; se buscó financiamiento y el presidente Rafael Correa aprobó USD 2 millones para las obras. Existe la voluntad política”, añade el Municipio.
Plan de acción
En el 2002, el Municipio aprobó la ordenanza M-023-VZC en la que se estableció un plan de reordenamiento territorial de Santo Domingo.
En esa ordenanza se divide a Santo Domingo en zonas en función del uso de suelo. Se estableció que la zona que está a lo largo de la vía que conduce a Chone sería para el crecimiento del sector residencial.
La zona que está en los alrededores de la vía Santo Domingo- Quevedo será más comercial y la zona a lo largo de la vía a Quinindé, en cambio, debe ser industrial.
Todas la obras que se construyan en el cantón deben guardar un equilibrio con el entorno y contemplar áreas verdes y de recreación.