La Unidad Educativa San Vicente de Paúl, en Riobamba, empezó el 2013 con una imagen renovada. Hoy este edificio patrimonial luce como nuevo, luego de que hace 3 años su infraestructura fuera afectada por un incendio.
El primer día de clases en las nuevas instalaciones fue un evento festivo para los estudiantes. Sobre los barandales metálicos de los corredores se colgaron fotografías de cómo quedó este inmueble después del incendio del 12 de febrero del 2009.
Las imágenes mostraban la devastación en la casona patrimonial construida en 1891.
El flagelo consumió los entrepisos de madera encerada y las cubiertas de madera y de teja.
El viernes 28 de diciembre del 2012, los alumnos luciendo sus uniformes celeste y azul marino retornaron a este establecimiento para la reapertura oficial.
Esto después de la restauración que le tomó al Ministerio Coordinador de Patrimonio 22 meses y que empezó en marzo del 2011
El regreso definitivo de los 1 300 estudiantes se definirá en esta semana. Mediante el programa ‘SOS Patrimonio’, cuyo objetivo es el rescate de bienes históricos, el Gobierno invirtió USD 5,3 millones.
En el 2008, este inmueble fue designado patrimonio cultural del país por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC). Esto tomando en cuenta su aporte a la historia urbana y a la atención de la población.
Allí funcionó el primer hospital de Riobamba en la época Republicana. Además fue un hogar para personas de la tercera edad, un normal superior y de la congregación de religiosas Hermanas de la Caridad regentan el colegio, desde inicios del siglo XX.
“También adquirimos nuevos equipos de cómputo, microscopios y material para los laboratorios para reemplazar los que se perdieron con el fuego. Estamos entusiasmadas por regresar a nuestra casa”, dijo la rectora sor Carmen Patiño.
La edificación está formada por cinco bloques divididos por dos patios. Allí funcionan las aulas del colegio y de la escuela, las oficinas administrativas y los laboratorios de informática, química y biología. El colegio, que ocupa un área de 10 000 metros cuadrados, fue restaurado en cinco fases.
“La limpieza de los escombros nos tomó varios meses. Perdimos toda la documentación importante y archivos históricos. Todo quedó en cenizas”, explicó Patiño.
Los técnicos que trabajaron en la restauración se basaron en fotografías antiguas para reconstruirlo.
“Casi toda la capilla se incendió. El fuego acabó con los muebles y paredes, pero la imagen de la Virgen quedó intacta”, comentó la ex alumna Liliana Hidalgo.
Según los técnicos del INPC, en la primera fase de restauración fue necesario fortalecer los cimientos y muros que estaban desgastados. En la segunda fase se colocaron en las aulas estructuras metálicas. También se impermeabilizaron los techos y las cubiertas.
En las dos últimas fases, un equipo de restauradores especialistas coordinó los acabados y los detalles de la iglesia.
“Durante 3 años utilizamos las aulas de la Dirección de Educación para no interrumpir las clases. Fue un tiempo de incomodidad que nos afectó el ánimo”, aseguró la docente Marcela Ramos.
La estructura es de tipo Republicano. Así lo explica Iván Castro, director regional del INPC en Chimborazo. “Se caracteriza por poseer grandes paredes, puertas y ventanas de madera. No cuenta con mucha ornamentación. Esto se debió a la planificación, pues allí funcionó un hospital”.
Los datos históricos
El San Vicente de Paúl, compuesto por dos plantas, funcionó como hospital en varias ocasiones. En 1939, el rebrote de la peste bubónica requirió de las Hermanas de la Caridad.
En ese año, el galeno Alfonso Villagómez también ofreció sus servicios para atender a los enfermos. Sin embargo, se contagió con la peste y murió.
Además de casa de salud, el San Vicente de Paúl, denominado así en honor al santo y patrón de la obra social, fue una de las primeras escuelas públicas. En 1869 se abrió a la enseñanza escolar.
El prestigio del plantel facilitó que el Ministerio de Educación lo convirtiera en instituto católico normal.
En 1959 se inscribieron las primeras niñas que culminaron el primer ciclo para, luego de seis años más, convertirse en las nuevas maestras de la ciudad y de Chimborazo.