‘Lo importante es cuidarse hoy para vivir bien mañana’ es el lema que repite un hombre vestido con una bata celeste y jean ante un auditorio de 60 personas. Se trata de Jimmy Zambrano, médico general del centro de salud Augusto Egas, en Santo Domingo. “El próximo viernes vendrá un especialista a regalar lentes a quienes lo necesitan”. La mayoría de asistentes escucha con atención. Cuando se distraen, el médico se muestra serio hasta que vuelvan a hacer silencio.
Así se desarrolla una de las charlas que todos los miércoles en la mañana se imparten a los miembros del Club de Diabéticos e Hipertensos Nueva Esperanza, en el lugar. Algunos de ellos visten una camiseta azul que los identifica. La mayoría son mujeres que tienen entre 50 y 70 años.
Zambrano también les recomienda mantener una actitud positiva, comer porciones pequeñas y asistir a los controles que él realiza en su consultorio la última semana de cada mes. Al final, reciben una ensalada de frutas de mango, papaya, kiwi y yogur.
Las personas ingresan al club luego de asistir a las consultas con Zambrano, encargado de atender a las personas con diabetes. Él les recomienda ir a las charlas.
El grupo ya existía, pero se fortaleció desde hace dos años cuando adquirió un nombre, se conformó una directiva y se comenzó a impartir charlas educativas, según Nancy Cadena, actual presidenta. “Había mucha desorganización. Ahora lo que buscamos es que la entidad se vuelva jurídica para que pueda recibir apoyo del Municipio. También necesitamos un local propio”, señala.
El club, que actualmente tiene 80 miembros, no cuenta con ningún tipo de financiamiento externo. Los especialistas que dan las charlas sobre nutrición, ejercicios físicos y motivación no cobran por su participación. La única fuente de ingresos es una cuota de USD 1 mensual que otorgan los integrantes. Este dinero sirve para costear los refrigerios.
Cadena, egresada de enfermería, asumió la presidencia porque su madre, Marta Sepúlveda, sufre el mal. La mujer de 52 años, recuerda los principales síntomas del trastorno, que le surgió hace tres años. “Me daban calambres en las piernas y en las costillas. Además, comencé a perder peso y a tener cansancio y vista borrosa. Me dijeron que me dio diabetes por alimentarme mal”. Antes comía frituras y arroz. Ahora ya no ingiere alimentos con grasa y solo pequeñas cantidades de cereal.
Rosa Gómez también es miembro del club. Cree que su mayor aporte es haber aprendido sobre cómo alimentarse. “Me han enseñado a comer legumbres y a combinar frutas dulces con las agrias que contienen menos azúcar”. A Gómez también le han servido los ejercicios que les enseñan en las charlas para activar la circulación. Desde ahí procura ejercitarse todos los días. Con esta rutina, logra llevar una vida normal.
La incidencia
En el 2011, se registraron 863 casos de diabetes en Santo Domingo y 2 490 de hipertensión.
En el 2012, la Dirección Provincial de Salud contabilizó 442 casos de diabéticos y 644 de hipertensos.
También hay clubes de diabéticos en el Hosp. Gustavo Domínguez y el centro de salud Los Rosales.