Los ciclistas se movilizan sin seguridad en Ambato

El nuevo bulevar de la Bolívar. Esta calle renovada facilita el tránsito de peatones y de los vehículos, pero dejó de lado a los ciclistas que afrontan peligros. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

El nuevo bulevar de la Bolívar. Esta calle renovada facilita el tránsito de peatones y de los vehículos, pero dejó de lado a los ciclistas que afrontan peligros. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

Patricia Arboleda, profesora de inglés de secundaria, es una de las pocas profesionales que se arriesga a ir al trabajo en bicicleta por las calles de Ambato. En esta ciudad, las vías estrechas y empinadas, el intenso tránsito vehicular (40 000 automotores circulan cada día) y la carencia de una ciclovía han vuelto peligroso este tipo de traslados. En la Policía no hay cifras oficiales del número de ciclistas atropellados.

Aun así, cada mañana a las 06:30, Arboleda parte en bicicleta desde su casa frente al Hospital Ambato hacia el centro. Utiliza una clásica bici de color negro que tiene una canastilla al frente. Allí coloca su portafolio.

Antes de pedalear se cubre con un sombrero oscuro de ala ancha y guantes de cuero. Lleva una blusa celeste, pantalón y chaleco azules y zapatos de suela. Es el uniforme de las profesoras del Colegio La Inmaculada Concepción.

Desde la avenida Pasteur se dirige hasta la Naciones Unidas. Una breve cuesta de 50 metros la obliga a bajarse de la bicicleta y caminar. Llega a la calle Bolívar y vuelve a conducir. La vía es plana. Arboleda pedalea sin mucho esfuerzo por alrededor de 20 cuadras. Después Luego llega al ingreso a la avenida Miraflores.

Los conductores le pitan y procuran rebasarla pronto y lo hacen sin cuidado. Cinco minutos después ingresa al garaje del colegio. Se despoja del sombrero y los guantes. Está fatigada, pero no deja de sonreír.

Arboleda comenta que los ciclistas no están seguros en Ambato. “Lo hago porque en bus me demoraba 40 minutos. Los conductores me trataban mal y siempre van con exceso de pasajeros”.

A lo largo de las calles Bolívar, Sucre, Cevallos, 12 de Noviembre, Juan Benigno Vela, entre otras, no hay lugar para demarcar una ciclovía. Entre las 09:00 y las 18:30, el tránsito vehicular y peatonal es permanente.

Los peatones caminan sobre las calles y los pocos ciclistas deben frenar o subirse a las veredas para sortear a los buses urbanos que, por poco, se van sobre ellos.

Para Marcelo Aguiar, director de Planificación Estratégica de la Municipalidad, es difícil que Ambato cuente con una ciclovía. “Las calles son estrechas y la ciudad tiene una plataforma alta y otra baja que dificulta movilizarse de esa manera”. El tema tampoco ha sido tratado en el Concejo Municipal ni se han desarrollado campañas de concienciación.

Es por eso que el zapatero Alberto Sánchez debe extremar los cuidados cada vez que sale de su domicilio, en el caserío Shuyurco de la parroquia Picaihua, en el oriente de Ambato.

Su bicicleta no es nueva, pero le sirve para llegar a las calles Cevallos y Eloy Alfaro, en el centro. Allí compra los materiales que necesita en su oficio.

“En este viaje me demoro una hora. A veces no hay buses ni camionetas para salir de mi caserío. Sin embargo, Ambato es peligrosa para los ciclistas. Nadie nos respeta. Ojalá hubiera una ruta específica para nosotros”.

José Luis Guerrero, de 18 años, es mensajero en una empresa de lavado en seco que opera en Ficoa. A diario efectúa entregas y gestiones en el centro de la urbe.

Para Guerrero, la bicicleta le permite cumplir oportunamente con sus responsabilidades. “Si el tránsito se pone complicado, me bajo de mi bici y camino un trecho. Es una lástima que las autoridades nos tengan abandonados frente a estos riesgos”.

Testimonio

Manuel Pérez / médico y ciclista
‘La vía a Aguaján es una opción, pero hay carros’

La bicicleta ofrece a las personas un buena oportunidad para hacer ejercicio y evitar el peligroso sedentarismo. Además, ayuda a mantenernos saludables y desestresados. Sin embargo, en la capital de Tungurahua, su uso, ya sea por ejercicio, por transporte o por trabajo, es peligroso porque los conductores no respetan a los ciclistas. Faltan rutas seguras que pudieran incentivar a la gente a guardar los carros y las motocicletas para desempolvar las bicicletas.

La vía a Aguaján podría ser una buena alternativa, pero el intenso trajín de las volquetas por las minas que hay en esa zona, vuelve el sitio muy peligroso. En cambio en el Paseo Ecológico hay muchos asaltos.

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