Chimborazo sufre por la crisis europea

Así es la comuna La Manga en Chunchi. La mayoría de casas se levantó con el dinero de los emigrantes. Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO

Así es la comuna La Manga en Chunchi. La mayoría de casas se levantó con el dinero de los emigrantes. Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO

En Chimborazo no se sabe cuántos emigrantes de la zona no cuentan con trabajo en España, Italia y en Estados Unidos. Tampoco se conoce cuántos están endeudados o sometidos en el tema de las ‘remesas inversas’. Es decir, que los familiares en el Ecuador envían dinero a los emigrantes como producto de la venta de los bienes que adquirieron antes de la crisis global.

Sin embargo, en los cantones Chunchi, Cumandá y Riobamba, donde hay más migrantes. Según la Red Interinstitucional de Movilidad Humana de Chimborazo (Rimhuch), los familiares están muy preocupados. Lo que más les inquieta es no saber cómo sus hijos, cónyuges , tíos o sobrinos sobreviven en Europa y en EE.UU.

Según un estudio del Municipio de Chunchi, que se impulsó el año pasado, por lo menos 4 000 personas de este cantón migraron en la última década a EE.UU. y otras 2 000 a España.

La investigación también señala que, en los últimos dos años, 200 regresaron voluntariamente por causa de la crisis económica que afecta a esos países.

A la par, 90 familias de emigrantes que retornaron están inmersas en proyectos productivos como el mejoramiento genético de ganado, pastos e inseminación artificial y turismo comunitario para paliar en algo el escaso dinero que les llega de fuera. Estos proyectos fueron financiados por organizaciones no gubernamentales, Naciones Unidas, el Municipio, entre otras entidades.

Walter Narváez, alcalde de Chunchi, dice que la crisis menguó las remesas desde el 2010. “Antes se recibían USD 300 000 mensuales. Ahora varía entre USD 150 000 y 200 000. Si la crisis continúa el envío de dinero decaerá aún más”.

En esta situación se desenvuelve Carlos M., de 62 años. Cuatro de sus cinco hijos viajaron a España y a Estados Unidos. “Mi hija se compró un departamento en USD 170 000. Pero hace tres semanas me pidió que le ayudara a vender para pagar la deuda en un banco español”.

Carlos y su esposa Gloria V. se encargan de cuidar a sus tres nietos. Su hija María es dueña de un gabinete en Valencia y cada mes les envía USD 100. Asegura que esa cantidad no les alcanza. “Por eso trabajamos en el campo para mantener a los nietos”.

Esta pareja vive en la comuna Magna a 10 kilómetros de Chunchi. Solo es posible llegar en un carro todo terreno porque el lodo espeso y el estrecho camino dificultan el acceso.

En el pueblo de casas dispersas hay construcciones modernas de tipo americano con grandes ventanales. Se encuentra habitado por 200 familias y todas tienen parientes en el extranjero.

Patricio Sinaluisa, director de la Rimhuch, asegura que la situación para los ecuatorianos es muy crítica en Europa. “Están endeudados. Hoy trabajamos con 90 familias que retornaron en proyectos productivos. Los resultados son progresivos”.

Otra de las afectadas es Teresa P. Su esposo Juan Y. se quedó sin empleo hace tres meses. En ese período no ha enviado los USD 200 mensuales que acostumbraba.

Su hija Carmen cuenta que su progenitor está sobreviviendo con los ahorros que tenía en España. “Si no consigue trabajo tendremos que enviarle algo de lo que guardamos en el banco. La situación por allá está dura”.

En los 10 años que vive su padre en España lograron levantar una vivienda. Allí vive con su madre y otros tres hermanos.

Remesas inversas

Richard Salazar, subsecretario de la Secretaría Nacional del Migrante (Senami), dice que no hay datos o cifras oficiales. Explica que este organismo articula una investigación social sobre este tema. No dio detalles.

En la agencia de Delgado Travel en Chunchi este mes se hicieron transacciones de remesas inversas a EE.UU y España por USD 20 000. “La gente está muy preocupada por sus parientes”, explica la oficinista Lucy Cabrera .

Richard Salazar dice que hay personas que se acogieron al programa de la Senami para retornar y otros tratan de emigrar a un tercer país como Inglaterra y Alemania. “Este año habrá más gente que retornará a Ecuador”.

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