Carlitos Mora sigue su lucha contra el VIH

Un ejemplo de fortaleza. En su casa en Guayaquil, Carlos prepara los temas de sus charlas de apoyo.

Un ejemplo de fortaleza. En su casa en Guayaquil, Carlos prepara los temas de sus charlas de apoyo.

En cada minuto de su vida ve un milagro. Cada milagro lo teje entre sueños. Y en cada sueño encuentra su fortaleza. Con esa fórmula, Carlos Mora Peñafiel afronta las barreras que la vida le ha presentado a lo largo de sus 24 años.

Las paredes amarillentas de su habitación destilan recuerdos, como la foto de su infancia junto a Scarlett y Katherine, sus hermanas. Tenía 10 años y ya soportaba un fuerte tratamiento contra la insuficiencia renal que lo aqueja.

Su mente es un libro impregnado con episodios. En unas páginas conserva el primer día de hemodiálisis. En otras el amor de su ángel, su madre Liduvina Peñafiel. Y en otras el día cuando le detectaron el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH).

Desde entonces ha visto caer a cada uno de sus amigos de batalla. Hoy, Carlitos, como lo conocen, es el único sobreviviente de los 21 pacientes que contrajeron la enfermedad cuando se trataban en la clínica de Galo Garcés.

De ellos conserva sus sueños. Ver a sus hijos, seguir trabajando, seguir viviendo. “Hay ratos en que decaigo, pero me levanto. Más que víctimas nos convertimos en una familia. Eso me alienta”.De los reclamos contra la impunidad, puesto que el proceso legal contra Garcés nunca se concretó, Carlitos se convirtió en el estandarte de lucha contra la discriminación. “Somos seres humanos. No por dar la mano, un abrazo o un beso se van a ‘contagiar’ con el virus del VIH o con Sida, que es la enfermedad ya desarrollada. Creo que ya hay conciencia”.

Parte de ese mensaje lo lleva a colegios y empresas. Su testimonio de vida es la esencia de las charlas motivacionales que da a cientos de jóvenes y adultos. “Una persona con una enfermedad o un problema no se puede echar a morir. Yo sufro seis enfermedades y Dios me tiene en pie”.

A más del VIH, que no se ha desarrollado en su organismo, y de la insuficiencia renal, Carlitos contrajo hepatitis C en las hemodiálisis de la clínica Garcés. El hiperparatiroidismo y la insuficiencia cardíaca también lo aquejan. Los frascos con medicinas sobre su escritorio se lo recuerdan.

Y el 30 de julio, junto a la máquina de hemodiálisis, sufrió una crisis de epilepsia. Por las fuertes convulsiones tuvo que ser hospitalizado. “He pasado por paros cardíacos. Pero cada día trae una experiencia que nos ayuda a aprender, a reflexionar, a amar'”.

Sobre su cama reposa un rosario de madera. Está colgado en la foto de su padre, Eusebio. “Mi mamá es mi mundo, mi todo. Mi papá es quien me alienta a seguir. Y mis hermanas son mis pilares”.

Parte de su vida está colgada en Internet. Cada clic revela su carisma. Su correo está abarrotado con mensajes de amigos, al igual que sus perfiles en las redes sociales.

En una de sus páginas resalta la frase: “Desdichado aquel que en la vida no ha tenido un sueño; o no ha luchado por conseguirlo, porque habrá vivido en vano...”.

En otro ‘link’ sobresalen sus álbumes de fotos. En algunas está conectado a la máquina de hemodiálisis, un tratamiento que ha seguido por más 15 años, tres veces por semana, tres horas cada día.

Su mano derecha está ligada a las sondas por donde fluye su sangre. “Vamos, ¡se puede aún más!”, escribió bajo la foto. “Eres un héroe”, “Te mando fuerzas” y “Eres un ejemplo de fortaleza”, son algunos mensajes de sus 3 811 amigos en el Hi5 y los 1 584 del Facebook.

En su ‘laptop’ también guarda parte de los archivos del segundo libro que comenzó a escribir este año. Sus anécdotas y lucha contra el VIH serán algunos capítulos.

Hoy, cuando se conmemora el día mundial de esa enfermedad, Carlitos seguirá su lucha desde el sillón de la sala de hemodiálisis.

Hoy se celebra el Día Mundial

Hoy se celebra el Día Mundial contra el VIH-Sida. En Quito Cecilia Tamayo, secretaria metropolitana de Salud, explicó que el Municipio junto a los ministerios de Salud, Relaciones Laborales, asociaciones de personas con VIH, trabajadoras sexuales y otras organizaciones impulsarán talleres de capacitación sobre cómo evitar la enfermedad, la importancia de la fidelidad en la pareja, etc.

Las charlas se organizarán en escuelas, colegios, unidades de salud y barrios. Ximena Abarca, viceministra de Salud, detalló que el período 2008-2009 las instituciones públicas y ONG invirtieron USD 58 millones en tratamientos para estos pacientes. De esta cifra, el 72% fue financiado por el Ministerio de Salud. En el 2010, esta entidad asignará USD 24 millones. La Asociación de Trabajadoras Sexuales de Quito, que acoge a 450 personas, pidió más ayuda para prevenir esta enfermedad.

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