La frase “te quiero” puede sonar gratificante. Pero cuando se la escucha una y otra vez, a través en los teléfonos de emergencia, representa un problema. Eso sucedió la tarde del pasado 6 de abril, en la Central Integrada de Atención Ciudadana de Ibarra. Un niño marcó al 911, por 30 veces, para repetir esa frase. Con paciencia, el bombero David Valdiviezo, que lleva seis meses en la central, atendiendo llamadas de socorro, le pedía al niño que deje de molestar. “Lo que para unos es un juego, para otros puede representar la diferencia entre la vida y la muerte”. Así reflexiona el socorrista, tras una computadora y una consola de teléfonos que no paran de sonar. “Lo preocupante es que no son solo niños. También hay jóvenes y adultos que llaman desde teléfonos celulares, fijos y cabinas”. De 17 000 llamadas mensuales que recibe, en promedio, la Central de Atención Ciudadana de Ibarra, el 82% son falsas. Así asegura Fausto Vaca, coordinador del sistema de socorro. El problema obligó a la Empresa Municipal Cuerpo de Bomberos, que maneja la Central Integrada de Atención Ciudadana, y a la Superintendencia de Telecomunicaciones (Supertel) a buscar una solución. La estrategia, comenta Patricio Jarrín, funcionario de la Supertel, es elaborar propagandas para sensibilizar a la ciudadanía. El bombero David Cárdenas atendía las llamadas que entran cada 30 segundos. Mientras, al otro extremo de la ciudad, 12 bomberos y policías filmaban una propaganda. Uniformados y parados delante de un camión de rescate y una autobomba, un bombero advierte que “las llamadas falsas matan”. Jarrín dijo que esto es parte de un plan que se extenderá a escala nacional. “Hemos iniciado en Ibarra, porque aquí hay cifras alarmantes”, asegura.El bombero Fausto Vaca recuerda que hace un mes movilizaron tres ambulancias de los Bomberos, Cruz Roja y Policía, hasta la Basílica de La Dolorosa, en el centro. “Nos informaron que había una pelea callejera con varios heridos. En 15 minutos llegaron las unidades, con nueve socorristas. “Se comprobó que era una mentira. Eso genera un gasto infructuoso de recursos económicos”. Existe una disposición legal que permite retirar las líneas telefónicas que se utilizan mal, como en el caso de las llamadas falsas. Sin embargo, los responsables del proyecto aseguran que se quiere, primeramente, educar a la población. Mientras la publicidad se pone a punto, Jarrín comenta que se realizan estudios en todo el país, para conocer el problema global en cifras reales. David Valdiviezo y sus dos compañeros esperan que el proyecto dé resultados.Sandra Puedmag recibe una llamada. Del otro lado de la línea, un hombre informa que tres personas, que se movilizaban en una motocicleta por la avenida 17 de Julio se impactaron contra un vehículo. La ayuda llegó a los cinco minutos.