El ‘barco de la paz’ (Peace boat, en inglés) acoderó en los muelles internacionales del puerto de Manta.
A las 10:00 de ayer, 700 visitantes bajaron de la nave y se dirigieron a la Plaza Cívica de Manta (Manabí).Entre los activistas que promulgan que la globalización llegue también al cuidado del planeta y la reducción de la pobreza mundial viaja Ana Deveaux. Es una profesora argentina, quien comenta que se embarcó en Yokohama (Japón). “Mi tarea es impartir clases sobre la realidad histórica y socioeconómica de varios países, especialmente de Sudamérica”, dijo luego de pisar suelo ecuatoriano.
Los viajeros, un 95% japoneses, creen que Manta es un sitio ideal para hablar sobre la paz del mundo. Tamura Miwako, directora del ‘barco de la paz’, comentó que han recorrido 17 puertos desde octubre cuando zarparon desde Japón.
71 veces han realizado este tipo de viajes. A Manta llegan por segunda ocasión y “nos sentimos muy bien, el clima es adecuado para nosotros, parece que estamos en casa”, expresó.
Kaori Kobayashi trabaja en un almacén de venta de electromésticos en Yokohama. Practica danza nativa de su región. Ayer junto a 15 jóvenes, se presentó en el malecón escénico de Manta como activistas.
“Es muy bueno exponer a través de la danza que queremos un mundo mejor para las nuevas generaciones, aún estamos a tiempo”, dijo la joven.
El periodista estadounidense Saleem Reshamwala, de madre japonesa y padre indio, también forma parte del crucero. “Escribo crónicas de cada país que visitamos. Es muy agradable conocer nuevas culturas, los jóvenes que viajan en calidad de voluntarios buscan mayor información de cada uno de los puertos a donde llegamos”.
Cuatro días antes de acoderar la embarcación, un grupo de japoneses que conoce Manta habló sobre la ciudad, la provincia de Manabí y Ecuador.
En Manta los visitantes fueron recibidos por el alcalde Jaime Estrada. El Burgomaestre dijo que este tipo de visitas es una promoción para Manabí y el país. “Nuestra gente es buena y, sobre todo, hospitalaria”.
Después del mediodía los visitantes fueron transportados en buses hacia Ciudad Alfaro, en Montecristi. Querían conocer dónde y cómo se redactó la nueva Constitución de Ecuador.
Entre los activistas hay adultos mayores de Japón. Ellos pagaron de USD 10 000 a 30 000 por el crucero. So Kinoshita es un veterano de guerra japonés. Quería conocer otras tierras del mundo. Sudamérica es un sitio muy especial, dijo.