El ambiente en las bahías, en el centro de Guayaquil, es tenso. Un grupo de trabajadores informales camina sin parar de un lugar a otro para colocarse en algún sitio y atento a si los policías metropolitanos están detrás de ellos.
Los comerciantes, apenas ven a un policía municipal caminan presurosos y se adentran en los pasajes de la bahía.
Carmen Anchundia (38 años), comerciante de la bahía, señala que no puede estar fija en un determinado lugar, debido a que los policías municipales comienzan a molestarla. Ella por temor a que los metropolitanos le quiten su mercadería, prefiere andar en pareja.
Anchundia camina por el sector junto con Verónica Hernández (32).
La calle Olmedo es custodiada por los miembros de la Policía Nacional que recorren a pie o en motocicletas el sector. Entre tanto, los policías metropolitanos permanecen parados en determinados puntos, en grupo de a dos o cinco, vistiendo un casco y escudo protector, además del tolete. Redacción Guayaquil