Los Simpsons, Beto, Pucca, los personajes de la película ‘Toy Story’, Elmo, Hello Kitty, Leono de los Thundercats, el Pájaro Loco, el Chavo del Ocho, la Pareja Feliz, Barney, Shrek y su burro…
Estos y otros personajes más del cine y la televisión mundial y local aparecen por estos días a lo largo de la calle 6 de Marzo, en el centro sur de Guayaquil.
Cada fin de año, esta vía se convierte en una gran vitrina donde se exhibe el talento de las laboriosas manos de artesanos que se dedican a esta actividad.
A lo largo de 16 intersecciones, desde Franco Dávila hasta Portete, las aceras pasaron a ser puestos de exhibición. Decenas de ciudadanos recorren la calle, sorteando los carros que aún transitan por allí.
Unos van en busca de su monigote, que quemarán al finalizar este 31. Otros simplemente van de curiosos. Para quienes deseen hacerse fotos con los muñecos, deben pagar USD 0,50.
José Castañeda, como hace 12 años, se instala en la intersección de Gómez Rendón. Allí, termina de pintar a una Pucca por la que pide USD 20, al igual que el vaquerito Woody y Cara de papa (de la película ‘Toy Story’).
“Lo fuerte de la venta es el 29, 30 y 31. Incluso hasta la calle es cerrada al tránsito. Desde mayo para acá he hecho 100 muñecos que espero vender todos como el año pasado”. Castañeda se dedica esta tarea junto a su esposa Janeth y sus tres hijas.
Igual que Carlos Sánchez, quien ofrece 50 muñecos elaborados desde abril, junto a su hermana Elena y su esposa Magali.
Él aprendió de su cuñado Walter Murrieta (22 años en el oficio) quien, en cambio, desde junio elaboró 100 monigotes.
Murrieta integra la Asociación de Vendedores de Monigotes 6 de Marzo, fundada el 2006.
Esta entidad agrupa a 380 socios. “Empezamos con 36 personas que nos dedicamos por años a la confección de los monigotes. Pero ahora aquí hay unos 800 comerciantes de los cuales apenas unos 100 habitamos de manera estable en la zona. El resto viene de otras partes de la ciudad”, dice Ernesto Fernández, secretario.
Fernández asegura que hasta ahora no ha sido posible realizar un control para evitar que personas que no residen en la 6 de Marzo se tomen la calle para vender sus productos.
“Este es un trabajo que lo empezamos en mayo con la confección de los moldes, en base a los personajes que están de moda. En mi caso tengo 200 muñecos que a Dios gracias se terminan vendiendo todos”, dice en su taller mecánico, a la altura de la calle Maldonado, que por estos días ha reemplazado a los ve-hículos por años viejos.
Hacia la calle Brasil, Carmen Santacruz ofrece sus monigotes desde USD 10. Un ciudadano se acerca y pregunta por un Buzz Lightyear, cuyo costo es de USD 30. Regatea el precio y logra adquirirlo en USD 5 menos.
“Se trata de hacer negocio. Lo importan te es que la gente se lleve algo bonito, barato y que le guste. Hace 20 años trabajo en esto con mi esposo, Leonardo Mendoza, y esto nos permite ganar un dinerito para los gastos de familia”, dice Carmen.
Pero los que más llaman la atención son los muñecos gigantes que pueden llegar a costar hasta USD 300. Entre los más preferidos están personajes de la política nacional, como el presidente Correa y el alcalde Nebot.
En esta ocasión, los sucesos del 30-S pusieron a trabajar al máximo a los artesanos. Las caracterizaciones de Correa con la máscara antigás, especialmente, y de los policías predominan.
También está satirizado el ex árbitro Byron Moreno con sobres de una sustancia blanca adherida a su cuerpo. Otro de los muñecos es el ex presidente de Barcelona, Eduardo Maruri. La Policía resguarda la zona. Las ventas son intensas cuando llegan comerciantes desde la Sierra y llevan diversidad de muñecos.
La 6 de Marzo dejó de lado su cotidianidad para convertirse en escenario de arte y algarabía.