Con caramelos, juegos populares, concursos de baile y la entrega de juguetes, los niños y niñas de Bayushig, una parroquia rural ubicada a 10 minutos de Penipe (Chimborazo), festejan cada año la Navidad.
Esta celebración empezó en el 2006 y es financiada con los recursos que entregan los donantes de todo el mundo. Una de las peculiaridades es que las contribuciones se receptan vía internet.
En la página www.unanavidadenbayushig.org, una animación que va construyendo este poblado recibe a los cibernautas. El lema “Tan fácil como hacer scroll, es donar”, aparece en la parte superior de la pantalla. A medida que los visitantes interactúan en los íconos del sitio, también conocen la historia de esta parroquia, una de las afectadas por las erupciones del volcán Tungurahua.
La iniciativa nació de Mario Arcos, quien migró a España en el 2002. Allá culminó sus estudios de comunicación publicitaria. Entonces decidió alegrar a los niños de Bayushig, la tierra de su madre Graciela Guanga, afectada en la agricultura y la ganadería por las constantes erupciones del volcán.
La ceniza caía frecuentemente sobre los cultivos de papa y maíz, también se arruinaban los huertos de manzanas y de claudias que se producen en este sector. Incluso, en el 2000, mucha gente perdió toda su cosecha.
“En España la gente es muy consumista, especialmente en esta época. Siempre recordaba que la Navidad aquí en el Ecuador era diferente y pensaba que con las pérdidas los niños de Bayushig necesitaban un poco de alegría. Entonces decidí ayudarlos”, cuenta Arcos.
Su madre escribió un conmovedor poema titulado: ‘Los niños del volcán’. Ahí describía cómo los infantes pasarían la Navidad si la gente no los ayudaba. Entonces, se le ocurrió enviar el poema a su hijo en España, quien luego lo repartió en sobres a los compañeros de trabajo, amigos y conocidos. Así recaudaron USD 1 500 para comprar juguetes y caramelos.
“El día del festejo volvió la alegría a esta parroquia. Los niños reían y jugaban con las muñecas y pelotas que les obsequiaron. Después de esos momentos tan duros que pasamos (por el volcán), ese fue un momento de felicidad”, afirma Gonzalo Hernández, presidente de la Junta Parroquial.
Después de la primera experiencia, la captación de recursos para homenajear a los ‘niños del volcán’ se convirtió en una de las prioridades de la familia Arcos.
A la iniciativa se sumaron los tres hermanos de Mario y su padre Nilo. Además, en España se integró un equipo de voluntarios que diseñó una página web para atraer a más donantes.
Y tuvieron éxito. En poco tiempo este sitio web logró recibir los 1 000 visitantes diarios. Allí están colgados videos, fotografías y testimonios de los niños que recibieron el homenaje.
“La idea es mostrar la realidad de Bayushig, para que la gente en España nos ayude. Aquí los niños son felices con caramelos y un juguete, eso les conmueve”, dice Arcos, quien ya se encuentra en Riobamba para preparar el festejo.
Las donaciones por Internet se incrementaron este año a pesar de la crisis que afronta ese país. “Quienes hicieron su donación recibirán un correo electrónico con un informe en video de cómo se vivió la Navidad en la zona.
Este año se recaudaron alrededor de USD 2 000. El dinero se invertirá en la compra de fundas de caramelos para los adultos mayores, las amas de casa y para los niños. Además, los niños recibirán juguetes y ropa. La fiesta se efectuará este domingo 29 de diciembre en la Plaza Central del pueblo desde las 10:00.
En las faldas del volcán
Bayushig está ubicado a 2 353 metros de altura, en el flanco norte del volcán Tungurahua. Es una parroquia rural del cantón Penipe, en Chimborazo.
En el festejo, Mario Arcos y su familia se disfrazan de payasos para animar los juegos.
Cuando sobra dinero también se da caramelos en Tixán y Guamote. En el futuro se quiere ayudar a otras comunidades.