La alerta naranja se mantiene en las zonas aledañas al Tungurahua

El volcán Tungurahua amaneció cubierto de nubes en la mañana del domingo 2 de febrero del 2014. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO

El volcán Tungurahua amaneció cubierto de nubes en la mañana del domingo 2 de febrero del 2014. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO

La alerta naranja por el incremento de la actividad eruptiva del Tungurahua continua. Todas las mesas técnicas que la Secretaría Nacional de Riesgos mantiene en las zonas aledañas al volcán están activadas y realizando evaluaciones técnicas y de daños que la ceniza y los flujos piroclásticos causaron en zonas como Juive, Cusúa, Chacauco, Bilbao y otras poblaciones colindantes con el volcán.

En una rueda de prensa ofrecida hoy desde las 12:30, Mario Ruiz, director del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), profundizó sobre las consecuencias del aumento de la actividad volcánica, que empezó la tarde del viernes con pequeñas emisiones de ceniza y se fue incrementando paulatinamente, hasta las 17:39 de ayer, cuando hubo una gran explosión seguida de una nube de 8 kilómetros de altura y el descenso de flujos piroclásticos por algunas de las quebradas de desfogue que posee el volcán, especialmente la Achupashal. Las quebradas de Juive y Bascún (que termina en la población de Baños de Agua Santa) no están taponadas totalmente y los daños son menores.

Según Ruiz, los flujos piroclásticos son peligrosos porque están conformados por nubes y piedras ardientes de más de 100 grados centígrados que descienden velozmente por las faldas del coloso, quemando todo lo que encuentran a su paso.

No obstante, explico Alexander Sivisaka, ingeniero de la Secretaría Nacional de Riesgos, se realizó una rápida y ordenada evacuación de las poblaciones más proclives de sufrir daños, lo que atenuó los efectos del fenómeno sísmico.

Sivisaka afirmó, asimismo, que la SNR trabaja de consuno con la Dirección de Aviación Civil en la remediación de los efectos que causó la caída de ceniza en el aeropuerto de Cuenca y que provocó la clausura de los vuelos. La erupción más potente hizo que la ceniza llegue hasta la capital azuaya y más al sur todavía, incluida la ciudad de Loja.

El funcionario informó, también, que se están repartiendo mascarillas a la población civil en la capital azuaya, como una prevención a posibles dolencias que pueden ser causadas por la ceniza volcánica.

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Serán las evaluaciones posteriores, tanto técnicas como geográficas y climáticas, las que dicten el cambio o el mantenimiento de la alerta naranja. En esta evaluación se considerarán las situaciones en las que se encuentra los ganados vacuno, caprino y de otros tipos y, según esta evaluación y, así, dar paso o no a su evacuación.

Por lo pronto, según Sivisaka, el tránsito por las principales vías de Tungurahua, Chimborazo y Azuay no tiene restricciones, con excepción de la que lleva de Ambato a Baños (la normal, que pasa por Los Pájaros), donde el tránsito nocturno está impedido, más que todo por razones de seguridad.

A las 10:40 de esta mañana, el Igepn registró un tremor profundo. Esto denota, según Ruiz, que todavía existe presión en el conducto de salida de la lava y que, por esa razón, pueden realizar nuevas emisiones de flujos y ceniza.

El Instituto Geofísico maneja dos escenarios probables con la actividad actual del volcán. La primera prevé la caída de ceniza durante dos o tres semanas y la emisión de pequeños flujos piroclásticos durante ese mismo lapso hasta que la actividad se atenúe.

La segunda, menos probable, es que el conducto se tapone, el volcán acumule presión y, en un tiempo indeterminado, se produzca otro evento de magnitud como el que sucedió ayer a las 17:39.

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