Una ambiente colorido y de fiesta se vive este 24 de diciembre en la capital azuaya, donde se desarrolla el tradicional pase del Niño Viajero. Festividad que se celebra desde 1961.
El intenso sol no impidió que las personas mayores sean parte de esta fiesta religiosa considera la más importante del Azuay en la que se venera a la imagen que fue esculpida en 1823. La misma que es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Desde las 05:00 Magdalena Maldonado, de 52 años empezó alistarse a ponerse su falda amarilla, su pañuelo rojo, sombrero, blusa de seda para representar a la mujer cayambeña. Ella desde hace más de ocho años participa de la pasada porque es devota del Niño Viajero.
Maldonado no pudo contener su llanto al retroceder hace 13 años cuando su hijo tenía un cuadro de encefalitis cerebral. Ella siguió la recomendación de unas amistades de llevar a su crío a los pies de la imagen del Niño Jesús y que él lo sanará. “Así fue los médicos me hablaron por llevarlo con sueros a mi niño pero a los dos días su estado de salud era óptimo”.
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Esta cuencana en agradecimiento que su hijo que hoy tiene 20 años goza de la salud es parte de esta tradición que congrega a más de 45 000 personas. Al igual Martha Coronel, de 55 años y de estos ochos participa en la pasada agradeciendo por su salud y de sus hijos.
Coronel se vistió de cañareja junto a su amiga Inés de Cárdenas, de 60 años. Ellas aseguran que el Niño Viajero es milagroso “lo mínimo que podemos hacer es venerarle”.
Ellas también participaron de la misa que se realizó en la iglesia de la congregación de El Carmen, precedida por Monseñor Luis Cabrera y con la colaboración del grupo juvenil Hermano Miguel.
Una de las cuencanas que sale desde hace más de 15 años al pase es Esperanza Sánchez, de 48 años. Ella personificó a la mujer de Pijili y recordó que cuando empezaron a ser parte de esta fiesta religiosa eran pocas las personas adultas que se disfrazaban, porque solo lo hacían los niños.
Para los hermanos Vanegas conformado por 10 es prioritario agradecer al Niño Viajero y representar la cultura del país. Cornelio, de 63 años se vistió de curiquinga, “las bendiciones que recibimos son numerosas y hasta que tengamos salud continuaremos participando los 24 de diciembre”. Se prevé que la pasada dure hasta las 16:30.