Tres estudiantes se destacaron de entre el grupo de 13 859 de Tungurahua y Chimborazo, que rindieron las pruebas de ingreso a diversas universidades del país.
Ellos son Diego Villacreses y Adrián Pilco (Ambato), que empataron con 978 puntos, y Myriam Robalino (Riobamba), que llega a 956 sobre 1 000. Dos de ellos cuentan sus historias.
El Examen Nacional para la Educación Superior (ENES) se tomó en abril pasado. 7 284 estudiantes de Tungurahua y 6 575 de Chimborazo respondieron 120 preguntas en las áreas de razonamiento verbal, numérico y abstracto.
Los alumnos que obtuvieron un puntaje mayor a 550 podrán ingresar a universidades, escuelas politécnicas e institutos superiores, distribuidos a escala nacional. “Si el puntaje fue menor, deben rendir otro examen en septiembre”, explicó Daniel Díaz, técnico zonal de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt).
Los mejores, que superaron los 947 puntos, son parte del Grupo de Alto Rendimiento (GAR), y podrán escoger entre 1 800 carreras con becas completas en universidades extranjeras.
‘La aeronáutica me enamoró’
Myriam Robalino /Colegio Riobamba
“Mientras espero que Ingeniería Aeronáutica se abra en la Universidad de São Paulo, en Brasil, organizo con mis compañeras los grupos de estudio. También sigo con mi voluntariado y practico dibujo y pintura.
Antes de rendir la prueba aspiraba obtener el puntaje necesario para una beca, la que todos los estudiantes del Grupo de Alto Rendimiento (GAR) recibirán para el extranjero.
En mi caso, me enamoré de la aeronáutica hace tres años cuando subí al avión Presidencial.
El futuro del país está en el desarrollo tecnológico, y para eso se necesitan profesionales bien capacitados. Yo seré una de ellos.
Mi casa está abierta a mis compañeras. Ellas son parte importante de mi vida.
Me motivaron a participar en las elecciones del gobierno estudiantil y a planificar las propuestas de campaña.
Estuvieron conmigo el día en que me proclamaron presidenta del Consejo Estudiantil.
Mis ratos libres los aprovecho con el dibujo, la pintura y las manualidades. Soy instructora voluntaria de un grupo de amas de casa. Mi objetivo es crear microempresas.
Las ‘clases’ se desarrollan los fines de semana en un cuarto adecuado en la terraza de mi casa.
Para obtener un puntaje alto en la prueba de ingreso a la universidad me inscribí con mis amigas en varios cursos de nivelación como un complemento a la preparación en el colegio.
Fueron tres meses intensos de noches largas sin dormir, tardes sin jugar con mis primos ni mirar televisión. Pero cuando recibí los resultados me sentí recompensada. Dios me bendijo.
Ahora deseo culminar el bachillerato con altas calificaciones para retribuir la confianza de mis amigas y el apoyo de mis padres.
Para mi carrera en Brasil empecé a prepararme. En las tardes estudio portugués”.
‘La familia también importa’
Adrián Pilco /Colegio Pío X de Ambato
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“El nuevo reto para mí es estudiar la carrera de Electrónica en Control en la Escuela Politécnica Nacional en Quito.
Luego de conversar con mi familia decidí prepararme en una universidad nacional y descartar la beca internacional.
Además, el Estado me apoyará con un mensual de USD 159 para cubrir la alimentación y el hospedaje, entre otros gastos.
Me siento satisfecho como abanderado del pabellón provincial y me graduaré como bachiller en Física y Matemática.
Creo firmemente que nos convertimos en un ejemplo en Tungurahua. Muchos compañeros intentarán superarnos en las próximas pruebas.
Por eso debemos mantenemos con el mismo nivel de notas, y ahora no podemos bajar.
Este esfuerzo por prepararnos continuará así, a pesar de que quisiéramos descansar para las próximas nivelaciones.
Pero no todo el tiempo lo dedico a los estudios. En la tarde ayudo a mis padres con la venta de equipos de computación.
En esta rutina seguiré hasta el próximo 29 de julio, que será cuando viaje a Quito para asistir a mi nivelación en la Escuela Politécnica Nacional.
Intercalo mi preparación intelectual con viajes de fin de semana a Puyo o Quito.
Mi preparación para las pruebas se inició en enero. Las de matemáticas fueron difíciles. Las verbales estuvieron sencillas, y los problemas abstractos los resolví utilizando la lógica.
Es una presión continua tener buenas calificaciones. Pero hay que buscar tiempo para la familia y disfrutar con los amigos en cafeterías y centros comerciales. Me gusta la lectura, mientras repito ejercicios de física.
Los problemas matemáticos no varían. Pero hay que trabajarlos con método y de igual manera enfrentar las dificultades que se te presentan en la vida”.