Sacarles a pasear por las calles, limpiar la perrera, bañarles y contribuir para que los perros y gatos puedan ser adoptados por las familias, son parte de las actividades que realiza un grupo de estudiantes de la Unidad Educativa CEBI, en Ambato.
La acción comunitaria se inició en octubre de este año y ya tiene resultados. Diego Barrera, director de la Fundación Protección Animal Ecuador capítulo Ambato, explica que está ayudando a incrementar las adopciones en el albergue temporal de propiedad del Municipio, ubicado en la parroquia Izamba, en la vía al cantón Píllaro, y del PAE en la ciudadela España, al sur de Ambato.
Antes se entregaban en custodia 50 mascotas mensuales. Ahora subió entre 50 y 65 animales. Eso ocurrió desde que se implantó el programa de ayuda que efectúan 28 estudiantes de las unidades educativas Ambato y 8 del CEBI.
A esta tarea también se sumaron los alumnos de la carrera de Zootecnia de la Universidad Técnica de Ambato (UTA). “La idea es involucrar a los jóvenes, porque con sus ideas y mensajes ayudan a mejorar el trato de los animales en casa”.
Desde el 2010, la capital de Tungurahua es la primera ciudad de la Sierra centro que tiene un espacio para albergar a los animales domésticos, perdidos o abandonados y que fueron rescatados en las calles de la urbe. En este período se entregaron en adopción 1 738 canes y se esterilizó a 6 207.
El refugio da alojamiento a 65 perros y 25 gatos. El funcionamiento es regentado por el Cabildo de la urbe, con una inversión anual de USD 90 000.
El lugar cuenta con consultorios veterinarios, sala de cuarentena, jaulas, quirófano, sala de recuperación y un patio de entrenamiento canino. Los espacios están distribuidos en cinco bloques.
Uno de los voluntarios es Josué Pérez, de 16 años. El joven, pese a no tener una mascota, da cariño a los 15 perros que con ayuda de otros siete compañeros cuida en el albergue que instaló PAE.
“Cuando llegamos, los canes estaban tristes. Pero ahora les cuidamos, les damos cariño y les sacamos a pasear. Es una nueva oportunidad de vida. En la calle, la gente los mira y se enamora, luego los adopta”, cuenta Pérez.
Durante los paseos que duran media hora, los canes llevan puesto un pañuelo rosado que dice con letras grandes ‘adóptame‘. Eso motiva a Kevin Cordero, a continuar como voluntario.
Explica que entre las condiciones importantes para tener un animal está que cuenten con un techo (casa), alimentación, asistencia veterinaria cada tres meses. Un cachorro debe ser desparasitado y vacunado para la rabia cada mes. Eso evitará la transmisión de enfermedades a los niños y adultos.
Hace dos meses y medio, Mercedes Zurita pidió en adopción a un cachorro. Dice que desde entonces es una compañía dentro de la familia. “Pensé que era la mejor opción antes que comprarlo”.