Doscientas ochenta personas, de las 300 que vivían en Huayrapongo, a 14 kilómetros de Zaruma, fueron desalojadas. Ellas evacuaron porque la tierra se hundió y las paredes y los techos de las casas de cemento se cuartearon.
Las puertas de la mayoría de viviendas están con candado. Adentro hay pocos muebles. Solo pocas personas se atreven a caminar por las dos vías habilitadas.
fakeFCKRemoveLos habitantes de Huayrapongo salieron del sitio porque la tierra donde se asienta el caserío se está hundiendo. La madrugada del viernes, mientras los pobladores dormían, un sacudón afectó la estructura de las viviendas.
Hasta la madrugada de ayer, José Fajardo sintió que su casa se movía. Intentó abrir la puerta del dormitorio y se dio cuenta que estaba trabada. “Ya en la mañana y con la luz del día, me di cuenta que las paredes y las columnas estaban trizadas”.
Otras 149 viviendas están agrietadas. De esas, 22 se hallan en estado crítico, según una primera evaluación del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de Zaruma.
Los agrietamientos se produjeron por el hundimiento de una parte del cerro donde se asienta el centro del caserío. Una grieta, de 60 cm de ancho, partió la loma en dos. La fisura, que se estima cubre un área de 8 kilómetros, sigue creciendo cada día.
“Vivo aquí hace 40 años y nunca vi algo así”, dice Moisés Ordóñez, agricultor de 66 años. Las paredes de su casa están partidas.
Hay desazón entre los damnificados, porque no saben si retornarán. Son un total de 87 familias evacuadas (280 personas), las cuales se distribuyen en tres albergues, en el centro de Huertas. Esa es la parroquia más cercana a la zona de riesgo.
Fajardo cuenta que levantó su vivienda en cinco años. Allí vivía con su esposa y con sus dos hijos. “Gasté USD 15 000 de los ahorros de mis tres años de trabajo en Italia. Me estoy quedando sin nada”, dice con la voz entrecortada.
Una evaluación preliminar del COE de Zaruma señala que el agua acumulada por las últimas lluvias habría causado la inestabilidad en el suelo.
El alcalde Danilo Mora, presidente del COE cantonal, explicó que, según consultas realizadas a geólogos, el terreno del sector es demasiado inestable y por la acumulación del agua colapsó.
Por pedido del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda, el Municipio deberá empezar a buscar un terreno seguro en Zaruma, para reubicar a los afectados.
“Ya tenemos el visto bueno del Miduvi, las casas se levantarán con ayuda del Bono de la Vivienda”, asegura el Alcalde.
Para hoy está prevista la llegada de geotécnicos de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, para realizar una evaluación integral del problema. El Municipio espera ese informe para decidir la reubicación total del pueblo.
El Ministerio de Inclusión Social (MIES) llegó con vituallas y menaje para adecuar los tres albergues. También se distribuyeron raciones alimenticias y un grupo de médicos evaluó la salud de los albergados.
“Repartiremos raciones cada ocho días, mientras permanezcan aquí los afectados. El propósito es evitar el desabastecimiento”, informa Enriqueta Pulla, directora provincial del MIES.