83 personas viajaban en el autobús

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En el recinto El Palmar, a 250 metros de la vía que conduce hacia San Isidro, parroquia de San Vicente, fueron velados los cuerpos de ocho de los 37 fallecidos que se contabilizaron hasta ayer del accidente de una unidad de la cooperativa Reina del Camino.

Veinte y siete muertos eran nativos de cinco recintos de San Isidro. Sus cuerpos fueron enterrados ayer a las 14:00. El velatorio de las víctimas se realizó en el salón de usos múltiples de la escuela mixta Miguel de Santiago.Allí se improvisó una capilla ardiente, bajo una pertinaz llovizna, donde estaban los féretros con los cuerpos de Alfredo Marquínez Ferrín, su esposa Marisol Reyes y Mabel, la hija de ambos. También estaban las cajas mortuorias con los cuerpos de Ramón Reyes Zambrano y Hernán Reyes Arteaga. El llanto desconsolado de Beatriz Zambrano, madre de Hernán, rompía el silencio en esta apartada zona.

Los familiares y amigos esperaban al filo de la carretera el arribo de las camionetas 4x4 para trasladarse al velatorio. “Esa es la única forma de ingresar, queremos dar el pésame a los familiares de los difuntos, es la primera vez que ocurre. San Isidro está de luto”, refirió Adolfo Solórzano Mera, vecino de El Palmar.

A 200 metros de la escuela eran velados los cuerpos de Jhony Ganchoso, Claudia Zambrano y la niña Ángela Reyes.

Martha Reyes, hermana de Hernán, indicó que conversó con él un día antes del accidente. “Dijo que traía algunos regalos para la casa, somos varios hermanos, cada Navidad nos reuníamos en El Palmar”, contó sollozando.

En el área urbana de San Isidro, eran velados los cuerpos de Antonia Figueroa Giler, su hija Gabriela Cuadros y su nieto Mateo Cuadros. En la esquina de la calle 9 de Octubre, parte baja de una casa de dos plantas de construcción mixta (ladrillo, caña guadúa y techo de zinc), yacían los tres ataúdes. Uno era blanco, allí fue ubicado el cuerpo del pequeño Mateo.

Antonia vivía desde hace 35 años en el sector de la Ferroviaria, en el sur de la capital, se ganaba la vida como costurera, mientras que Gabriela laboraba en una empresa constructora de Quito.

La gobernadora de Manabí, María Luisa Moreno, por la mañana informó a este Diario que el número de fallecidos llegaba 47. Por la tarde, rectificó y dijo que, oficialmente, eran 37.

Además, aclaró que en esa unidad de transporte viajaban 71 personas y no 69, Horas más tarde indicó que en la unidad de Reina del Camino iban 83. De esta manera, el número de heridos asciende a 46.

El bus número 57 de Reina del Camino, una de las principales cooperativas que opera en Manabí, se precipitó a un barranco cerca de las 02:00 del viernes en el recinto Quiñónez, en la denominada curva de la muerte sector de La Crespa, entre los cantones El Carmen y Flavio Alfaro.

El bus había salido Quito a las 22:00 del jueves con destino a San Isidro. La mayoría de las víctimas, entre muertos y heridos, era oriunda de esa parroquia.

Según las primeras informaciones, el autobús presentó una falla en el sistema de cambio de marchas y además viajaba con exceso de pasajeros. Ricardo Antón, director del Consejo Nacional de Tránsito, dijo que en el accidente “hay una falla garrafal y estoy pidiendo explicaciones” a la Policía sobre “el motivo por el que se permitió que ese vehículo saliera con exceso de pasajeros”, agregó.

Mientras el presidente Rafael Correa lamentó el accidente durante una reunión de Navidad en Carondelet. Señaló la “irresponsabilidad del chofer. Ha recogido pasajeros en el camino, lo cual está prohibido”, declaró.

El chofer habría intentado una maniobra para mantener el control, pero el vehículo perdió pista y rodó hasta chocar contra una peña y luego contra un árbol.

Juan Pablo Alcívar, uno de los heridos, narró a Radio Quito que la caja de cambios “traqueteaba” cuando el conductor cambiaba de marcha, y que una hora antes del siniestro habían parado en El Carmen para comer.

Moreno señaló que la tarea de varias entidades del Gobierno en Manabí se concentra en ayudar a tres menores de edad que han quedado huérfanos de padre y madre. “Los asistimos con psicólogos, alimentación y, además, estamos localizando a familiares cercanos de ellos para poderlos ubicar en un hogar donde ellos tengan afinidad”.

La Gobernadora también informó que se ultiman los detalles con personal de la Policía Nacional y del Consejo Provincial de Tránsito para que empiecen desde la próxima semana la revisión mecánica de los buses, no solo de Reina del Camino, sino también unidades de otras empresas.

El objetivo es verificar si están en buen estado mecánico.

Los habitantes de San Vicente están consternados por la tragedia que ha enlutado a la zona. Colón Medranda, comerciante, dijo que “desde el mediodía del viernes empezamos una cruzada para recaudar dinero. Hemos logrado reunir USD 3 500, esos recursos serán entregados en partes iguales a los familiares de las 27 víctimas de nuestro sector”.

Otros vecinos, como Manuel Giler, ayudaban a trasladar e n sus camionetas a la gente hacia los velatorios. “La gente se lleva a sus muertos a recorrer por última ocasión las casas y sitios donde nacieron, yo haría lo mismo si estuviese en ese caso”, señaló.

Testimonio

Mi esposa  me dijo que el bus iba con mucha gente

Gilberto Cuadros 

Eran las 22:00 del viernes. Mi negrita me llamó. Mijo, pídale a Dios que lleguemos con bien, este bus va lleno de gente, me da mucho miedo me dijo. Esas palabras no las puedo olvidar. Me había cosido tres camisas, eran el regalo de Navidad que me traía. Nunca llegaron mi Antonia (Figueroa), mi hijita y mi nieto. No sé qué esperan las autoridades para darse cuenta que los autobuses no solo de Manabí , sino de todo el país circulan con muchos daños, parecen unas cajas mortuorias ambulantes. No sé qué haré, me quedaré viviendo en mi finca que tengo en el sitio Agua Blanca. Nada será lo mismo yo pensaba que iba a envejecer con mi negrita, ahora me he quedado solo.

Otro  accidente en Miravalle

Un nuevo accidente de un bus se registró  a  las 02:15 de ayer en la vía Interoceánica, al norte de la ciudad de Quito.

Según el Cuerpo de Bomberos, un bus de Flota Imbabura  placas IAH-465 cayó a una quebrada, a la altura del puente El Cebollar, entre Tumbaco y  Cumbayá.

 El vehículo  circulaba sin pasajeros cuando se precipitó a una pendiente de unos 150 metros.

A causa del siniestro fallecieron Pedro Enríquez Vitar, de 54 años, y Agua  Vargas, de  45 años, quien sería al auxiliar  de la unidad de transporte.

 Según versiones que circularon en el sitio del accidente, Enríquez se desplazaba a un  estacionamiento  en el sector de Tumbaco tras  cumplir su jornada de viajes.

 

El bus, que    se dirigía  desde Quito,  se dispuso a tomar  el puente  cuando perdió el control en una curva muy cerrada y  cayó al río Machángara. 

Se cree que el mal tiempo y la velocidad del automotor fueron los factores del percance.

El cadáver de  Enríquez  fue localizado a 1 kilómetro de distancia del sitio en donde quedó   el bus,  mientras que su compañero se mantenía desaparecido bajo las aguas caudalosas del río.

 

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