El motocrós era su pasión. Los fines de semana, Sergio V. competía en las carreras que se organizaban en la pista El Ñato Jaramillo, de Santo Domingo. Pero hace dos años, mientras recorría la pista, tuvo un accidente en competencia. Su espalda fue la más afectada. Pudo recuperarse, pero su pulmón presentó luego problemas y le diagnosticaron cáncer. Su enfermedad está entre las consideradas catastróficas.
Así están reconocidas por la Asamblea Nacional en el Registro Oficial N° 625 (enero 2012). También se incluyeron el VIH, la insuficiencia renal, las discapacidades físicas y mentales, los malestares cardiacos y los tumores.
Luego del accidente, Sergio V., tuvo que dejar su pasión por el deporte. Decidió enfocarse en sus estudios universitarios. Se matriculó en la carrera de Ciencias de la Educación.
En un principio, asegura que fue duro sobrellevar la enfermedad. Padecía de gripes constantes y respiraba con dificultad.
Estuvo varios meses sin saber qué tenía. Iba donde médicos generales y le recetaban antigripales. Al no ver mejoría, se hizo chequeos con un especialista y mediante una radiografía se encontraron anomalías en el pulmón.
Lo enviaron a Quito para que le practicaran análisis más completos. En una biopsia pulmonar (método con el que se extrae un fragmento de tejido pulmonar para su análisis) determinaron que tenía cáncer.
Los galenos dijeron que en la caída de la moto hubo una lesión en el pulmón derecho que no se trató a tiempo. En el hematoma se empezaron a reproducir rápidamente células malignas.
Para la familia del joven deportista, esta noticia fue devastadora. Decidieron llevarlo a Cuenca de donde son oriundos. Allí se trató en el hospital de Sociedad de Lucha Contra el Cáncer (Solca). Acude para las terapias y regresa a Santo Domingo. Los costos fueron asumidos por los familiares. Hace dos años, cuando ocurrió el accidente, no existía un programa de ayuda estatal.
Pero desde septiembre del 2010, las cosas cambiaron. Los pacientes reciben atención y medicamentos gratuitos.
Según Pablo Minda, director encargado de la Dirección Provincial de Salud, hay convenios con instituciones como Solca y la clínica del riñón. El hospital de Santo Domingo no tiene servicios de oncología. Unas 600 personas son beneficiarias del programa.
No hay un registro en la provincia del total de casos existentes. Minda reconoce que existen personas que se quedan fuera del programa por desconocimiento, pero se están realizando campañas de información.
Sergio V. califica de positiva la iniciativa. Él tuvo que hacerse 20 quimioterapias para poder tratar en un 85% su cáncer.
Ahora, que casi ha superado su enfermedad, él se ha dedicado a ayudar a otras personas para que puedan acceder a los servicios del programa. Es voluntario en Solca de Cuenca y de Santo Domingo.
“Cada 15 días también visito a los niños con cáncer y hablo con ellos. Trato de sacarles una sonrisa para que no se rindan”.
Para ser beneficiario, el paciente debe ir al subcentro de salud más cercano a su vivienda. Los doctores evaluarán el caso y lo remitirán al Gustavo Domínguez. De ahí será transferido, si fuera el caso, a clínicas especializadas.
Adónde acudir
La Red contra el VIH está ubicada en el Centro Médico Augusto Egas, en la avenida Quito e Ibarra. Brindan servicios médicos y ayuda psicológica. Además, tienen un grupo de apoyo que se reúne con los pacientes cada semana. Alrededor de 100 personas son parte de esta Red.
Plan Visión está orientado a las personas con discapacidad visual. Hace operaciones de catarata, Pterigiu III y IV, miopía, presbicia, astigmatismo, hipermetropía, entre otros. Para mayor información deben acercarse a los subcentros de salud.
Misión Manuela Espejo es un programa direccionado a las personas con discapacidad. En coordinación con el Conadis brinda los servicios de operaciones, prótesis, implantes, terapias y sillas de ruedas.