El celular es el arma más poderosa de Rigoberto Guamantaqui. El morador de la ciudadela Miñarica I, al sur de Ambato, es además de presidente del barrio, el jefe de la brigada de seguridad ciudadana. Junto a 11 compañeros hace las rondas de control, especialmente los fines de semana.
La idea es, explica el brigadista, controlar que la gente no se exceda con las bebidas alcohólicas ni se den problemas por violencia intrafamiliar.
Su brigada custodia, además de su ciudadela, sectores vecinos como La Floresta II y Oscus. Caminan cerca de 40 cuadras y hacen dos horas de patrullaje.
En total vigilan 400 casas y ayudan a 1 200 personas. El trabajo se coordina con la Unidad de Policía Comunitaria, UPC, del Jardín Ambateño, en el circuito norte.
Cuando observan a una persona en actitud sospechosa se comunican, vía celular, con la UPC más cercana o con el ECU911. Asimismo se puede encender la alarma comunitaria, que está integrada a ambas instituciones.
Los brigadistas lucen un chaleco azul que los identifica. Al costado izquierdo de la prenda tienen un código que es el que utilizan cuando se comunican con la Policía. Los brigadistas no pueden hacer arrestos ni portar armas ni palos.
Carlos Manzano, coordinador de los grupos de la Gobernación de Tungurahua, cuenta que en la provincia hay 2 500 personas integradas a las brigadas.
Mientras que Diego Valle, de la Sub Zona de Policía, dice que en la circunscripción hay 6 distritos, 41 circuitos y 64 subcircuitos. “En cada subcircuito puede haber varias brigadas donde hay un policía comunitario que trabaja con ellos”.
Omar Altamirano, presidente de la Federación de Barrios del sur oriente de Ambato, comenta que la agrupación está integrada por nueve ciudadelas. Cada una forma su brigada con un mínimo de 10 personas.
Ellos están conectados con el destacamento de Huachi Grande. Las noches de ronda son rotativas entre los barrios.
Cada noche se turnan entre los integrantes de los nueve barrios para las rondas. La idea es que la gente conozca a los brigadistas y vaya asimilando que puede contar con el grupo de apoyo para su seguridad, añade Altamirano.
Según las estadísticas de la Policía, los delitos no flagrantes disminuyeron en este año. En el 2012 se presentaron 3 484 casos en tanto que en lo que va del 2013 hay 3 303. En cuanto al robo simple, la cifra también bajó. El año pasado hubo 1 214 y este van 944.
Tatiana Gómez, presidenta del barrio Frutillas de la Cruz, dice que su grupo está formado por 15 vecinos. “Hacemos recorridos en autos particulares o en el patrullero por cerca de 15 minutos y luego caminamos visitando a los vecinos y mirando si no hay anomalías“.
Las juntas del campesinado
Las Juntas del Campesinado están en 18 provincias. Sus integrantes dicen que cuidan el ganado y las casas. Pero Raúl Bayas, dirigente histórico de estos grupos, advierte que las juntas son un “brazo auxiliar” de la Policía y que sus miembros están considerados como “policías ad honórem”, porque “cumplen con la función de vigilar pero no ganan sueldo”.
Incluso asegura que cuando encuentran a alguien en delito flagrante lo detienen y lo llevan a la Policía. Tiene 2 800 000 socios.
Los campesinos advierten que participan cuando hay riñas, problemas legales de terrenos u homicidios. Aunque Bayas reconoce que las Juntas de esa localidad tratan hasta 70 conflictos por mes.