35 barrios de Sto. Domingo están sobre quebradas

En el sector Las Macadamias, las casas se hicieron con madera y están en sitios donde antes existían riachuelos. Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO

En el sector Las Macadamias, las casas se hicieron con madera y están en sitios donde antes existían riachuelos. Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO

Hasta hace 20 años el estero Piojito era uno de los más caudalosos de la provincia de Santo Domingo. Pero se secó y una constructora aprovechó para rellenar el sitio y lotizarlo.

16 familias compraron predios en ese sector, conocido como Cristo Vive.

Pedro Navarrete fue uno de ellos, quien adquirió un terreno en 15 millones de sucres hace 15 años. "Necesitábamos un lugar para vivir y eran los terrenos más baratos en esa época".

Según la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, en Santo Domingo de los Tsáchilas esa fue una práctica que se multiplicó en la última década.

Ahora unas 20 000 personas viven en situación de riesgo en la provincia. En el cantón hay 9 364 viviendas que se construyeron cerca o en los esteros. Están ubicados en 35 barrios, según el Municipio.

Cuando Navarrete construyó su casa de madera y techo de zinc no tuvo inconvenientes. Pero luego de cinco años, la infraestructura comenzó a cuartearse. El pozo del que obtenía agua, por ejemplo, tiene agujeros en las paredes y hace que el líquido se filtre.

Esto hizo que el piso del patio y la habitación se abrieran.

Según Nicel Hernández, gerente técnico de la constructora Cofiza, cuando una vivienda se construye en un suelo inestable (como en rellenos) se debe hacer un sellamiento técnico porque en el subsuelo sigue corriendo agua. En Santo Domingo este es un factor conflictivo porque el suelo es arcilloso. Esto implica que absorbe agua constantemente.

Por eso, él recomienda colocar una capa plástica antes de construir y hacer mediciones porque hay terrenos no aptos. Pero esto demanda inversión y los afectados coinciden en que no cuentan con recursos.

500 familias (2 500 personas) construyeron sus casas hace 15 años en la cooperativa Laura Flores. Este sector fue un botadero de basura. Lo rellenaron con tierra y se levantaron casas de madera y de cemento. Uno de los propietarios es Miguel Guevara, un comerciante.

Él adquirió seis lotes de 10 por 20 metros. Pagó USD 4 000 por todo. Hace tres años, Guevara construyó un cerramiento en el terreno, pero en la propiedad apareció una zanja que partió las paredes en dos.

"Esperaré para vender o construir porque cada invierno el hueco crece".

Walter Molina, coordinador de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos, asegura que la provincia está considerada como la zona entre el litoral y la Sierra donde más llueve.

En el año caen alrededor de 3 000 milímetros de agua. Mientras que en la cuenca del Guayas, que es una zona inundable, son 1 500. "En la provincia, unos 300 esteros desembocan en los ríos Daule, Babahoyo y Esmeraldas. Estos atraviesan la ciudad", dijo Molina.

Esta situación preocupa a Betty Calva. Ella vive en la cooperativa Las Macadamias. Allí el terreno donde se construyó un puente se está deslizando.

Las 1 000 personas del sector temen que se caiga en cualquier momento. "El puente apenas se sostiene con piedras".

En contexto

En Santo Domingo se presentaron 76 emergencias por el invierno en el 2013.  De estas, 17 fueron inundaciones y 15 deslaves. Se recomienda a la población limpiar el sistema de desagüe y no arrojar basura a los esteros y quebradas.

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