Manuela Loja, de 54 años, elabora artesanías en tagua y alhajas con perlas. Tiene un pequeño quiosco en la plazoleta de Santa Ana, en el Centro Histórico de Cuenca.
Ella y 24 personas más son parte de la Asociación Pueblo, Arte y Progreso. Este colectivo azuayo elaboró un catálogo de sus productos después de una tarde en la que tomaron fotografías de cada uno de sus diseños.El primer objetivo es llegar a espacios en los que su trabajo no se conoce. Desde mayo, los artesanos dejan estos catálogos en hoteles, restaurantes, sitios turísticos, oficinas, clínicas’ de Cuenca.
Estos comerciantes se ubican en la plazoleta Santa Anda desde hace 15 años. En principio se ubicaban en los alrededores del parque Calderón, pero fueron reubicados por el Municipio.
Loja confía en la estrategia. Hace tres semana dos turistas estadounidenses le compraron sus artesanías, luego de conocer el catálogo. Ellos, según Loja, prometieron llamarla para una posible negociación de artesanías.
“Ojalá todo resulte bien y pueda cerrar ese negocio”, dice la mujer. Mientras tanto, ella continúa ubicándose todos los días desde las 08:30 en esa plaza. Organiza todas sus artesanías y permanece hasta cerca de las 19:00.
Lograr que este catálogo se publique exigió la unión de todos los asociados. Unos se encargaron de las fotografías, otros, como Ana Suquinahua, presidenta de la Asociación, se dedicaron al diseño de las páginas. Se designaron tareas para que el costo de los 1 500 ejemplares impresos les resulte menos costoso.
Los artesanos terminaron pagando USD 35 por cada página que muestra sus diseños. Toda la edición, que consta de 25 páginas, costó cerca de USD 800.
Suquinahua calcula duplicar las ventas, gracias al catálogo. Luis González, otro de los artesanos, guarda una esperanza similar. Explica que el siguiente paso es el seguimiento del catálogo. El plan es visitar los lugares donde se entregaron los catálogos para escuchar las opiniones de los clientes.
“Así le damos seguimiento y no nos quedamos a la espera de una llamada del cliente”.