El ruido de las cascadas se mezcla con el canto de las aves en las montañas de Zamora Chinchipe.
Los esposos Naún Paredes y Jackeline Araujo se mostraron maravillados cuando llegaron a Zamora. En los 56 kilómetros que separan a Loja de Zamora es posible disfrutar de los contrastes, en formas y colores, de las montañas. Es una aventura para los visitantes.
Este paisaje rodea al Parque Nacional Podocarpus (PNP), que tiene 150 hectáreas.
“Aprovechamos la cercanía y la buena vía e incluso nos tomamos un baño en la cascada”, dijo Paredes, mientras observaba con atención la accidentada geografía y el denso bosque que rodea a una de las primeras cascadas conocida como Velo de Novia.
Seduce a los visitantes que llegan desde Loja. Está junto a la vía, 20 minutos antes de llegar a la capital zamorana. Tiene 40 metros de altura y a medida que cae el agua se abre un rocío que con la bruma toma la forma de un velo. Es una de las más visitadas, pues está junto a la carretera.
A los esposos Paredes Araujo les agrada, cada vez que viajan a Zamora, visitar al menos una cascada. A más del Velo de Novia hay otras concurridas, como Los Dioses, San Antonio, La Poderosa, La Chismosa’ Hay más de 20.
La cascada de Los Dioses ocupa un sitio preferencial en el paradisiaco bosque del alto Nangaritza. A este lugar se lo recorre en botes por el río Nangaritza.
A su paso, la extensa montaña esconde a esta caída de agua de 150 metros de altura sobre una piscina natural, la cual es muy frecuentada por quienes gustan del turismo de aventura.
Un paisaje similar está en el cantón Yacuambi, a tres horas de Zamora. Allí, no solo atrae la cultura de los indígenas saraguros y los shuar, sino también el verdor de sus valles y montañas. Y dentro de estas últimas, la cascada San Antonio luce imponente. Nace a unos 150 metros de altura y su peculiar forma, similar a la de una ducha, es su atracción.
Por toda la provincia hay agua cristalina que se muestra en cascadas o ríos como el Bombuscaro, cuyas riberas son el sitio de descanso de los zamoranos.
Si el turista desea llegar al Parque Podocarpus, el paso obligado es un sendero cuyo recorrido dura 30 minutos, que lo lleva hasta La Poderosa. Es una cascada de caída fuerte y de no más de 30 metros. Muy cerca está La Chismosa, apodada así por su ruido que se asemeja a un susurro.
Los que gustan del turismo de aventura tienen este variado menú para hacer placentero su viaje, señaló el presidente de la Cámara de Turismo de Zamora, Luis Cañar. A eso hay que agregar la exótica y típica comida a base de tilapia y ancas de rana, que les gusta a los esposos Paredes.
Esta gastronomía es posible disfrutarla en hosterías, cuya infraestructura está en construida en sitios exclusivos del paisaje natural de Zamora. Conjugan naturaleza y tradición para agradar al turista.
Tierra Dorada está en Yantzaza. Es una de las nuevas ofertas. El Arenal y Sol y Selva, en Zamora, se han convertido en un refugio para los turistas. Según Cañar, combinan el colorido de la naturaleza, el agua cristalina en sus piscinas, la música y los grandes salones para el esparcimiento.
También está Copalinga, en la carretera de acceso al Podocarpus. Su especialidad es la comida vegetariana.