Jorge Guayasamín, gerente de Docu Hogar, muestra una cocina de inducción de fabricación nacional. Foto: Paúl Rivas / El Comercio
Las ventas de cocinas de inducción de producción nacional empezaron a caer drásticamente durante los últimos dos meses, tanto para fabricantes como para comercios.
Esto lo atribuyen al anuncio del Régimen de importar cocinas de inducción chinas no solo para entregar gratuitamente a los beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano sino para la venta al público a precios menores.
Jorge Guayasamín, gerente de Docu Hogar, almacén de electrodomésticos del Centro Comercial El Recreo, dijo que las ventas de cocinas de inducción de los últimos dos meses cayeron 50%, tras el anuncio de importación de China.
El modelo más económico de cocinas nacionales que comercializa cuesta USD 595, de cuatro hornillas con horno, mientras que el modelo de China ofrecido por el Gobierno estará a alrededor de USD 300.
“Yo le compro directo a las fábricas Mabe, Indurama y Ecogas (Fibroacero). Anteriormente tenía que rogarles que me despacharan las fábricas porque la demanda estaba alta y no me abastecía con lo que me daban para todos los clientes. Ahora los fabricantes me llaman a ofrecer todos los modelos, pero no puedo cogerles porque sí tengo producto. Ya no hay demanda”, dijo Guayasamín al describir la situación desde finales de junio pasado.
De acuerdo con datos de la Asociación de Industriales de Línea Blanca, entre septiembre del 2014 y julio del presente año, los fabricantes nacionales han vendido 177 472 cocinas de inducción dentro del programa que lleva adelante el Ministerio de Electricidad.
El presidente de la asociación, Javier Mora, detalla que la capacidad de producción de la industria nacional se encuentra en el orden de 125 000 unidades mensuales.
Detalla que hasta junio pasado, las ventas de unidades venían manteniéndose con un cierto dinamismo y con tendencia al alza. Es más, respecto al 2014, la venta de cocinas de inducción creció un 241%.
Sin embargo, “a partir del mes de julio, por cierta información que creó expectativas sobre el próximo arribo de cocinas de origen chino, las ventas se frenaron y tuvieron una drástica caída”, señaló.
Esta inquietud también plantearon los fabricantes nacionales la semana pasada durante una reunión mantenida en Cuenca con el ministro de Trabajo, Carlos Marx Carrasco. En la reunión, el gerente de Indurama, Juan Pablo Vela, precisó que la empresa tiene previsto producir 800 000 cocinas al año para cubrir una parte importante de la demanda nacional.
Por eso cuestionó el anuncio del Gobierno de que llegarían cocinas provenientes de China, ya que eso frenó la demanda. Vela mencionó que en junio vendieron 28 000 unidades y al mes siguiente bajó a 3 000, casi un 90% menos.
El lunes pasado, luego de una reunión mantenida entre los fabricantes de cocinas y el ministro de Industrias, Eduardo Egas Peña, este reconoció que hay preocupación en la industria nacional por la importación de las cocinas chinas, pero Egas señaló que hay mercado para todos. “El Estado tiene este programa, que a la larga va a beneficiar a la industria nacional porque va a dejar instalado el sistema, va a ayudar a que todos en el país hagamos el cambio de cocinas de gas a inducción”, dijo .
Al término de la reunión, Vela dijo que se dialogó sobre tres puntos con Egas. En primer lugar se debe aclarar que las cocinas chinas serán solo para la gente del bono. Un segundo tema apuntó a buscar medidas para aumentar la demanda. Y, finalmente, se deben agilitar los pagos por parte del Ministerio de Electricidad a las cadenas comercializadoras y a los fabricantes de estos artefactos.
Este Diario ha pedido una entrevista con el nuevo gerente del programa de Cocinas de Inducción, Rafael Peralta, desde hace dos semanas, pero no ha tenido una respuesta. También envió un cuestionario sobre cuándo se entregarán las primeras cocinas chinas para los beneficiarios del bono y cuándo se firmarán los convenios con las cadenas de comercialización para la venta de cocinas chinas, sin respuesta.
Entre los usuarios también hay inquietud respecto a los productos chinos. Georgina Pallango, ama de casa que espera comprar la cocina de inducción el próximo mes, dijo que no tiene mucha confianza respecto a la calidad de estos últimos y por ello optará por un modelo nacional.