Una de las calles de tierra y con escasa energía eléctrica que conecta a los 20 barrios de la ribera del río Esmeraldas. Foto: EL COMERCIO
Una estrecha vía de tierra conduce a la ribera del río Esmeraldas, la zona periférica de la ciudad que concentra unos 20 barrios. A lo largo de la calle, con escasa energía eléctrica, se levantan decenas de casas de cemento y negocios pequeños.
A este sector llegan los llamados reclutadores, cuya única tarea es convencer a pescadores artesanales para que movilicen cargas de cocaína hacia Centroamérica.
Solo de esta calle, que abarca apenas dos cuadras, salieron 10 de los pescadores que actualmente están presos en cárceles de Estados Unidos, Guatemala y Colombia por presuntamente transportar narcóticos, según agentes de Inteligencia militar.
El Gobierno admitió ayer 25 de febrero del 2016 el problema. Alexandra Jaramillo, ministra de Justicia (e), habló con EL COMERCIO y reconoció que solo en EE.UU. hay 37 pescadores detenidos.
De ese grupo, 11 ya fueron sentenciados por los tribunales de justicia a penas que promedian los 14 años de cárcel. En diciembre del 2015, las autoridades locales firmaron convenios con EE.UU. para tramitar la repatriación de los 11 ecuatorianos condenados.
Por ahora, la fecha de regreso de los pescadores es una incertidumbre. Según Jaramillo, el Gobierno estadounidense no ha definido el día de la repatriación. Tampoco ha respondido a Ecuador sobre las solicitudes para conocer el estado de los procesos judiciales de otras tres personas que aún no reciben sentencia.
Mientras eso se define, en la ribera del río Esmeraldas la presencia del narco sigue latente. Los reclutadores tienen ahora la decisión de las mafias de ofrecer más dinero a los pescadores.
El alto riesgo que conlleva últimamente movilizar los estupefacientes a los países centroamericanos incrementó la paga, reconocen pobladores de ese sector.
Hace ocho días, por ejemplo, agentes de la Armada y de la Policía localizaron 700 kilos de cocaína a 250 millas náuticas de las islas Galápagos. Los pescadores huyeron en una embarcación pequeña luego de arrojar la droga en el mar.
El Departamento de Estado de EE.UU. ya advirtió hace un año la vulnerabilidad de los ecuatorianos frente al poder de las redes del narco.
En un informe publicado en marzo del 2015, el organismo señala que las mafias utilizan barcos de pesca artesanal para trasladar los cargamentos de alcaloides desde puertos ecuatorianos hacia Guatemala, Honduras y El Salvador.
Y se aclara que los “guardacostas de EE.UU. interceptaron múltiples barcos ecuatorianos en las costas de América Central, que transportaban narcóticos”.
En las últimas horas, este Diario se contactó con Jeffrey Weinshenker, vocero oficial de la Embajada de Estados Unidos en Quito, para conocer la situación legal de los pescadores que están presos en ese país.
El funcionario aseguró que “está investigando” y que remitirá a este Diario esos datos.
Agentes policiales aseguran que los reclutadores saben las zonas donde pueden acercarse. En Esmeraldas, la gente comenta que los sospechosos llegan en las noches a la ribera del río para hacer el enlace con los pescadores. Aquellos que aceptan las ofertas reciben las coordenadas para el abastecimiento de combustible en alta mar y la identidad de los narcos que recibirán la carga.
Los investigadores refieren que los pagos a los pescadores se hacen en Guayaquil. No se descarta que en esa ciudad opere el grupo financiero que está detrás del reclutamiento.
En la última semana, un equipo de este Diario recorrió zonas de Esmeraldas y accedió a testimonios de pescadores. Uno de ellos relató que una noche dos desconocidos golpearon la puerta de su casa y trataron de convencerlo para que transportara un alijo de cocaína a Centroamérica.
Antes de que diera una respuesta, uno de los reclutadores utilizó su celular para comunicarse con un tercer sospechoso. El pescador recuerda que hablaba casi susurrando; solo alcanzó a oír que ya tenían a una persona para el envío.
Ese momento le ofrecieron el dinero, pero no aceptó. “Hay mucho riesgo. Conozco compañeros que están detenidos en cárceles del extranjero”, admite el esmeraldeño.
Rocío, madre de dos pescadores presos en Guatemala, se presentó en la Gobernación de Esmeraldas para que la ayudaran a tramitar las repatriaciones. Por ahora no ha logrado nada, relata la mujer. Cada dos meses les envía USD 200 para que subsistan.
Ayer, Jaramillo confirmó que tienen datos de dos pescadores encarcelados en ese país. Ecuador solicitó información de los procesos para tramitar el regreso de los presos pero aún no hay una respuesta oficial del Gobierno de Guatemala.
Por ahora, los familiares de los arrestados piden ayuda para que todos vuelvan al país para que paguen aquí sus condenas.
En contexto
El 19 de diciembre del 2015 hubo una reunión entre pescadores y asambleístas que representan a los migrantes de Ecuador en EE.UU. y Canadá. Las esposas de los pescadores presos pidieron que se tramite una rápida extradición de los marinos.