La policía ecuatoriana reconoció públicamente que más del 1% de sus miembros fue denunciado por violencia intrafamiliar, y lanzó el martes un plan para erradicar ese delito que prevé la eventual desvinculación de los efectivos acusados.
De los 44 700 uniformados con los que cuenta la institución, 584 están implicados en violencia doméstica.
Esta cifra “es solo el resultado de las denuncias recibidas. No demuestra una cifra real, ya que habrá casos que por muchos factores no han denunciado”, dijo el ministro del Interior, José Serrano, en un acto público.
A raíz de ello la policía ecuatoriana, que hasta junio había separado a 1 622 uniformados por asesinato, narcotráfico, acoso sexual, alcoholismo, entre otros, someterá a los efectivos involucrados a nuevos exámenes sicológicos y toxicológicos.
Los uniformados recibirán ayuda para combatir el problema, pero en caso de reincidencia serán desvinculados del servicio.
“ No podemos seguir permitiendo que uniformados que no cumplen (…) la garantía de sus propios derechos y los de sus propias familias, sigan laborando ” , advirtió Serrano.