Ferricons, ubicado en el centro de Quito, vende calefones eléctricos y de gas, aunque la oferta de estos últimos es limitada. Foto: Mónica Orozco/ EL COMERCIO.
Redacciones Quito, Guayaquil y Cuenca
La demanda de calefones de gas viene cayendo conforme aumenta la compra de sistemas de calentamiento de agua que funcionan con electricidad.
Y podría caer aún más, considerando que a partir del 2015 el precio de los calefones de gas se duplicará, producto del proyecto de ley aprobado por la Asamblea el lunes pasado y que espera la objeción del Ejecutivo para entrar en vigencia.
En el último debate del proyecto de Ley de Incentivos a la Producción y Prevención del Fraude Fiscal se incluyó gravar con Impuesto a la Consumos Especiales (ICE), además de las cocinas de gas, a calefones que utilizan este combustible.
Para desincentivar el uso de estos últimos e impulsar el cambio de matriz energética, el ICE será del 100% y se aplicará desde el próximo año.
En tanto,se eliminó el 12% del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el 5% del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) para los calefones, duchas y otros sistemas eléctricos.
La venta de calefones de gas se redujo casi un 80% este año en Coral Hipermercados, que cuenta con locales en Cuenca, Quito y Guayaquil.
Según Patricio Ortiz, representante del Grupo Ortiz, propietario de estos supermercados, hay dos factores. El primero es el creciente desinterés de los usuarios por los calentadores de gas y el segundo son las exigencias que puso el Gobierno a la importación de este tipo de productos.
De forma paralela, dice Ortiz, crece a un ritmo acelerado desde este año la demanda de calentadores eléctricos y solares.
Con la decisión del Gobierno y el comportamiento de los consumidores, agrega, hay que orientarse a la fabricación de los calentadores de agua eléctricos o centrarse en importar este tipo de productos.
Según datos del Banco Central, la importación de calefones de gas se hundió este año.
En los 10 primeros meses del 2014 se importó un equivalente a USD 1,4 millones en este tipo de sistemas, 73% menos respecto a igual período del 2013 (USD 5,2 millones).
Freddy Valenzuela, de Unifer, cuenta que actualmente ya un 90% de las ventas de calefones corresponde a sistemas eléctricos y que apenas el 10% es de aquellos a gas.
Comenta que este cambio en el comportamiento del consumidor se debe al anuncio del Gobierno de que en el 2018 se retirará el subsidio a este derivado de petróleo.
Esto ha ocurrido pese a que el precio del calefón de gas oscila entre USD 250 y 300, mayor al eléctrico, que se encuentra en el mercado desde USD 420, aunque hay sistemas pequeños desde 150.
Henry Sanguña, gerente de la Ferretería Sellfer, ubicada en el centro de Quito, dice que las ventas de calefones de gas llegaban a 30 mensuales y cayeron a cinco o seis. En algunos almacenes y ferreterías ubicados en esta zona ahora se venden estos equipos bajo pedido.
Jorge Galarza, representante de la Casa del Calefón, cree que el negocio de venta de calefones de gas no desaparecerá. “El calentamiento de agua es mejor con gas. El eléctrico es limitado y requiere de mejores conexiones. Aún con impuestos habrá un margen para vender”.
El anuncio del cambio de matriz energética también ha incentivado el reemplazo de los sistemas de calentamiento de gas en los edificios.
El presidente de Urbicasa, Édgar Barrionuevo, comentó que desde hace más de un año ya no utiliza sistemas de gas centralizado. “Reemplazamos los sistemas de gas por bombas de calor tan pronto se anunció que se cambiaría la matriz energética”, indicó.
Dijo que el valor de ambos servicios en un edificio es el mismo (USD 8 000), pero el nuevo genera un ahorro del 40% en el costo de la energía para el usuario.
En contexto
El presidente Correa anunció en abril pasado que desde agosto se implementará el cambio de cocinas de gas por cocinas de inducción de alta eficiencia para reducir el subsidio al gas. Este bordea los USD 700 millones al año. El subsidio al gas será retirado en el 2018.