El 23 de diciembre pasado, un accidente ocurrido en el barrio San José de Morán, en Quito, causó heridos. Foto: Eduardo Terán / El Comercio
Cerca de cinco horas duró la cirugía de Nicolai Caizaluisa. Él ingresó al quirófano del Hospital Pablo Arturo Suárez (norte de Quito) a las 10:00 de ayer (6 de enero). Durante ese tiempo su padre, Víctor, y su esposa y tres hijos rezaron para que los médicos pudieran recuperar la pierna derecha del joven, quien fue arrollado por un auto el 31 de diciembre.
El atropellamiento se dio en la intersección de la av. Ilaló y Gribaldo Miño, en el sector de Conocoto, al oriente de la ciudad. Allí estaba Caizaluisa con sus dos amigas: Andrea Proaño y Michell Arauz. Todos tenían entre 18 y 19 años.
Los tres se reunieron a las 15:00 para darse el abrazo de fin de año y mirar desde la vereda a un grupo de ‘viudas’ que pedían dinero a los conductores. En eso un auto, cuyo chofer estaba ebrio, los embistió.
En el accidente, Andrea y Nicolai salieron volando 12 metros hasta caer al suelo inconscientes, mientras que Michell quedó en medio de una pared de ladrillos y del motor del vehículo que enseguida empezó a incendiarse.
Esos momentos fueron angustiosos para Byron Caizaluisa, primo de Nicolai, que estuvo en el lugar y vio cómo en menos de un minuto la calzada se llenó de sangre. Él fue quien llamó al padre de Nicolai. El hombre de 65 años recuerda que cuando llegó al lugar vio al menor de sus hijos acostado en el suelo. Lo llevó al hospital y al día siguiente despertó. Allí, los doctores le dijeron que tenía fracturas en la pelvis, cadera y pierna.
Un diagnóstico similar dieron los galenos del Hospital
Vozandes a la familia de Andrea Proaño. Ella llegó a esa casa de salud también inconsciente. Hasta ayer permanecía en terapia intensiva, pues tiene múltiples fracturas en la pelvis y en una de sus piernas.
Mientras que la familia de Michell Arauz la sepultó el 1 de enero, pues falleció cuando era trasladada al Hospital del Seguro, en el centro de Quito.
El accidente que afectó a las familias de estos jóvenes fue uno de los últimos de año 2015.
Con Andrea y Nicolai se contabilizaron 25 375 lesionados durante ese año. Mientras que con Michell, la cifra de muertes ascendió a 2 138.
Es decir, el país reporta cada día 69 heridos y seis muertos por siniestros viales.
Pero la noticia del accidente no solo entristeció a los parientes de los tres chicos. La comunidad de Catecúmenos de la Iglesia de Santa Rita, en Conocoto, también se mostró sorprendida, pues Andrea Proaño, una de las afectadas integra ese grupo religioso desde hace seis años. La noche de ayer se reunieron 60 de sus amigos y por dos horas rezaron y pidieron por la salud de ella y de Nicolai. También hubo plegarias por Michell.
En Guayaquil, las oraciones por la vida de Angie Cajape, de 15 años, también son frecuentes. Ella permanece hospitalizada ya cuatro días, tras ser atropellada el sábado en la vía Perimetral. En el incidente su madre también resultó herida, mientras que su hermana Adriana, de 5 años, falleció junto a otro menor de 4.
En total, el conductor -que tenía 1,7 grados de alcohol en su sangre- envistió a 12 personas, de las cuales 10 permanecen en distintas casas de salud. De allí, que los parientes piden justicia a las autoridades ante el hecho, ya que fue uno de los accidentes más graves que se registraron en el primer fin de semana de este año. De hecho, según las autoridades de la Policía y de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), solo en el feriado de fin de año y los tres primeros días de enero en el país se registraron 339 lesionados y 58 fallecidos.
Además, informaron que una de las principales causas por las que se produjeron los incidentes fue el consumo de alcohol. En octubre pasado, la entidad de tránsito reveló que los choferes ebrios, cada 48 horas, dejaban 10 personas heridas y una fallecida.
Por eso, Manuel Arauz, padre de Michell, la joven atropellada en Quito, pide que los controles en la vías sean más rigurosos. El martes lloró mientras recordaba las últimas horas de vida de su hija. “Mi esposa estaba en la ambulancia, cuando a la altura de las avenidas Patria y Amazonas dejó de respirar”. Una hemorragia interna fue la causa del deceso.
Los exámenes determinaron que producto del impacto, la joven sufrió fracturas en cuatro costillas, lo que ocasionó que un pulmón dejara de funcionar. Sus dos hermanos, de 15 y 16 años, no asimilan la muerte.
En Contexto
Dos personas fueron atropelladas la mañana del miércoles 6 de enero en el centro y norte de Quito. Las víctimas, que sobrepasaban los 60 años de edad, fueron llevadas a casas de salud. Uno de los choferes fue detenido para las investigaciones.