El presidente de Panamá , Juan Carlos Varela, visitó el lugar donde se realizará la VII Cumbre. Foto: Alejandro Bolívar/EFE
Las acciones de Estados Unidos ponen a Ecuador frente a una dicotomía de cara a la Cumbre de las Américas, que se realizará el viernes 10 y sábado 11 de abril en Panamá.
Por un lado, el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba y, por otro, las sanciones a Venezuela por supuestas violaciones a los derechos humanos, colocan al país frente a un panorama complejo con las dos naciones.
La Habana y Caracas son aliados políticos, y sus líderes, Raúl Castro y Nicolás Maduro, son muy cercanos al presidente Rafael Correa. Pero el peso que la situación de cada país tendrá en la actuación ecuatoriana frente a Estados Unidos está aún por verse.
Todos los ojos que se fijan en la cumbre se centran en Cuba. Será la primera vez que la isla acuda a esta reunión continental de jefes de Estado, 20 años después de haber sido creada. Las expectativas están puestas en la posibilidad de que se produzca la primera reunión entre los líderes de Washington y La Habana en medio siglo.
Por esa razón, el excanciller Francisco Carrión califica a esta como una cita histórica y cree que sería lamentable que el conflicto con Venezuela lo opaque de alguna manera. “Es un paso valiente dado por Obama y Castro para empezar la normalización de las relaciones entre los dos países y eso significa una suerte de normalización de las relaciones entre EE.UU. y la región”, señala.
El presidente Correa confirmó su asistencia a la cita. Lo hizo después de que condicionara su presencia en la siguiente cumbre si Cuba no era invitada. Bajo esa misma premisa, se ausentó de la reunión de 2012, en Cartagena de Indias (Colombia).
Sin embargo, el canciller Ricardo Patiño dijo la semana pasada que, después de las últimas actuaciones de Estados Unidos frente a las relaciones con América Latina (en referencia al decreto de Obama que sanciona a Venezuela), “podría haber” algún cambio de agenda. “Para tener una cumbre de las Américas amigable, no sigan haciendo planteamientos absurdos y ridículos, totalmente contrarios a la realidad”, dijo.
De momento no se ha confirmado si estas aseveraciones de Patiño se cumplirán. Pero Carrión considera que si el Primer Mandatario condicionó su asistencia a la cumbre a la presencia de Cuba, debería cumplir, pues es “el reencuentro de EE.UU. con Cuba y al mismo tiempo con toda América Latina”.
Sin embargo, la creciente tensión entre Caracas y Washington puede ser una piedra en el zapato para los líderes que asistirán a Panamá. Caracas ha protestado en todos los foros internacionales y pretende llegar a la cita con una carta firmada por 10 millones de personas contra las “amenazas” de EE.UU.
“Será una oportunidad histórica para debatir dos modelos: el colonial imperialista y el de la solidaridad bolivariana”, declaró el presidente Nicolás Maduro.
El exembajador de Ecuador en Estados Unidos, Luis Gallegos, cree que el tema de Venezuela saldrá a flote en la cumbre y habrá que enfrentarlo. “No creo que ningún tema en sí es principal o debe cubrir toda la cita, pero obviamente el continente está enfocado en la solución de problemas, como el de Venezuela, y ese diálogo es constructivo”, asegura.
Pero Gallegos a su vez destaca que la presencia de Cuba será más importante. Él cree que el país ha medido con realismo la situación geopolítica para poder normalizar las relaciones futuras en todo el hemisferio, por lo que la presencia de la isla en la cumbre será un “gran aporte”.
De su lado, Estados Unidos ya delinea su iniciativa. La subsecretaria de Estado para América Latina, Roberta Jacobson, manifestó que su Gobierno no planea discutir sobre Venezuela o ningún otro país puntual en la cumbre. “No veo razón alguna para hablar sobre un país específico”, dijo.
La cita es auspiciada por la Organización de Estados Americanos. Su secretario general, José Miguel Insulza, señaló que espera que las recientes tensiones entre Estados Unidos y Venezuela no ensombrezcan los resultados del encuentro. “El gran éxito de la cumbre es la participación de Cuba. Espero que los protagonistas no se desvíen demasiado de eso, que es un logro histórico”, confió.