En Ecuador se cuentan 220 controladores aéreos

La Dirección de Aviación Civil forma a los nuevos controladores aéreos con un simulador. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

La Dirección de Aviación Civil forma a los nuevos controladores aéreos con un simulador. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

La Dirección de Aviación Civil forma a los nuevos controladores aéreos con un simulador. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Dominio del inglés, estabilidad emocional, capacidad de trabajar bajo presión y reacción rápida ante situaciones complicadas. El controlador aéreo cumple estas características y por eso se convierte en un personaje vital para toda operación aérea.

Este oficio también implica aprobar pruebas psicológicas, cultura general y conocimientos específicos. Las anteriores son también condiciones que debe cumplir toda persona que elija esta actividad.

El 20 de octubre se celebra el Día Internacional del Controlador de Tránsito. Las tareas de estos profesionales empiezan desde el momento en que se cierran las puertas de un avión. Allí comienza una cadena de eventos, maniobras, instrucciones, autorizaciones, en las que interviene.

Para cumplir con este trabajo, el controlador trabaja desde tierra en torres de control o en estaciones ubicadas en sitios estratégicos.

En Ecuador se cuentan en la actualidad 220 controladores repartidos en los 19 aeropuertos, sin contar con los de vuelos militares. Iván Tulcán, director de Navegación Aérea de la Dirección de Aviación Civil (DAC), explica que la tarea de estas personas es "gestionar el tránsito aéreo para llevar a un avión de manera segura, ordenada y eficiente".

El funcionario cuenta que en el país existe un déficit de estos profesionales y que la DAC trabaja para formar a nuevos controladores con cursos en sus instalaciones. La meta es formar 20 por año.

Según Tulcán, el tránsito aéreo mundial se duplica cada 15 años, por eso siempre hay demanda de controladores.

En Ecuador, la edad promedio de los controladores es de 37 años, entre hombres y mujeres por igual. "En el curso que empezó en febrero y que dura cerca de un año se cuentan 21 asistentes".

En la formación se utiliza tecnología de punta. Un simulador con tecnología de Singapur y ubicado en el norte de Quito permite que los futuros controladores experimenten distintos escenarios como vuelos en emergencia, lluvia, neblina y hasta nieve.

El simulador, que se adquirió con una inversión de USD 5,2 millones, presenta la perspectiva que se obtiene desde la torre de control de aeropuertos locales como el de Tababela o el de Guayaquil.

Tulcán destaca que las nuevas tecnologías facilitan el trabajo, pero también obligan a estar capacitado permanentemente. “No solo hay que estar capacitado para una operación normal, sino supercapacitado para cuando algo sale mal. Allí muestran sus capacidades”.

El vocero resume: los controladores identifican riesgos y los manejan. Son un complemento de los pilotos en una operación aérea.

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