Quito, Reuters
Ecuador dijo el lunes que estaría en capacidad de asumir la operación de las áreas concesionadas a petroleras privadas de no mediar un acuerdo para cambiar los actuales contratos a unos de prestación de servicios.
Ecuador busca convertir a las empresas petroleras que trabajan en su jurisdicción de socias a meras operadoras de sus campos concesionados, en un esfuerzo para que el Estado reciba más ingresos del vital sector. Sin embargo, las tratativas se han demorado más de lo previsto, por lo que el Gobierno decidió ampliar el plazo de negociación por 30 días adicionales hasta abril. “No nos preocupa mucho porque nosotros estamos en capacidad de reemplazar cualquiera de las empresas que no quiera negociar. Nosotros veremos la manera de negociar y coger los campos nosotros mismos”, dijo el lunes el ministro de Sectores Estratégicos, Galo Borja, en una entrevista con Reuters.
“No vamos a expropiar, ni nada absolutamente. Todo será negociando”, agregó el funcionario, quien coordina los sectores petrolero, minero, de telecomunicaciones, electricidad y vialidad en la nación sudamericana. Entre las petroleras figuran la española Repsol-YPF el consorcio chino Andes Petroleum, la brasileña Petrobras, las que recibirán una tasa por la operación de los campos, que incluiría costos e inversiones, de acuerdo a los nuevos contratos en negociación.
El Gobierno dijo la semana pasada que las principales privadas proyectan invertir unos 417,7 millones de dólares en el 2010, casi el doble de lo destinado el año pasado. Durante el proceso de cambio de modalidad contractual algunas empresas desistieron de continuar en el país. Borja aseguró que actualmente se encuentra negociando con la estadounidense Energy Developmente Corporation, (EDC) para evitar una declaratoria de caducidad y buscar una salida amigable. La producción total del país que se ubicó en 486.067 barriles diarios (bpd) en el 2009.
Además de los nuevos contratos petroleros, otra de las prioridades del Gobierno es concluir con la construcción de centrales hidroeléctricas, para reducir las millonarias planillas que destina para importación de derivados. Desde inicios del 2009, el país arrancó un proceso de licitación para la construcción de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, cuya construcción estará a cargo de la china Synohidro tras entregar una oferta con financiamiento del asiático Eximbank.
Los términos del crédito según Borja han sido fijados con una tasa del 6,9 por ciento con plazo de cinco años de gracia y un período de pago de diez años. A pesar de ello el acuerdo aún no ha sido finiquitado y debido a la demora en las conversaciones el presidente Correa ha fijado el 15 de marzo como fecha límite para la firma del crédito. “Ellos están pidiendo garantías reales como cualquier banco comercial (…) Y nosotros, según la constitución, tenemos que dejar una garantía soberana. Ese es el problema que tenemos lo demás está solucionado” añadió Borja. La central Coca Codo Sinclair, que demandaría una inversión de 1.970 millones de dólares y generará unos 1.500 megavatios (MV), es uno de los proyectos eléctricos estrella del Gobierno de Correa. Ecuador impulsa un plan para cambiar la estructura eléctrica del país andino, con un plan bajo el cual se dará prioridad a la construcción de centrales hidroeléctricas para reducir la generación en plantas termoeléctricas.