Ecuador paga más para volver al mercado

La colocación de bonos en los mercados internacionales se ha convertido en una práctica común alrededor del mundo, para financiar presupuestos o para recomprar deuda antigua. Por eso, la emisión de los USD 2 000 millones realizada por Ecuador, a través del Credit Suisse y del Citi, se enmarca en una ola que ha venido creciendo en el mundo desde el 2012.

El ministro de Finanzas ecuatoriano, Fausto Herrera, señaló que esta colocación “demuestra el nivel de confianza que genera el manejo económico entre los inversionistas”.

El Gobierno requería financiar USD 4 900 millones para equilibrar el Presupuesto de este año. Con el desembolso de China (USD 500 millones), de Goldman Sachs (400 millones), bonos de deuda interna (USD 1 100 millones), los bonos por 2 000 millones y los créditos del BID, la CAF y el Banco Mundial, prácticamente el hueco fiscal está sellado.

Aunque, según el propio Ministro, todavía faltan USD 2 000 millones más para inyectar en las últimas fases de construcción de ocho centrales hidroeléctricas en el país.

Ante la falta de acreedores y la urgencia de dinero, el Régimen se vio obligado a recurrir a prestamistas que antes había criticado y a tasas elevadas. Así lo asegura el ex Ministro de la Política Económica, Diego Borja.

Y, aunque la decisión de retornar a los mercados internacionales es vista positivamente por varios analistas, la alta tasa negociada (7,95%) obliga a las autoridades a manejar las finanzas con mayor rigurosidad.

Manuel González, economista que mantiene su blog Economía en Jeep, explica que la deuda soberana de Ecuador tiene una calificación B según Standard and Poor’s; B, según Fitch; y Caa1, según Moody’s. En los tres casos, la inversión en deuda ecuatoriana está clasificada como de “no inversión” en grado “altamente especulativo”. Es decir, no se recomienda adquirir documentos de deuda ecuatoriana, a menos que se esté dispuesto a correr un riesgo sustancial.

Esa es una de las razones por las cuales el país no pudo lograr una tasa menor, tal como lo han conseguido otros países con similares características financieras.

Para el analista Ramiro Crespo, otras dos razones para no haber logrado una menor tasa son, primero, el riesgo país; y segundo, el techo impuesto por China. El inversionista no querrá obtener una tasa muy inferior a la que habitualmente ha estado pagando Ecuador en los últimos años por los préstamos a China (entre el 7 y el 8%).

“Creo que el Gobierno hizo bien en regresar a los mercados. Desde el 10 de junio que inició el ‘road show’ (conversaciones con inversionistas) se debió haber estado viendo la mejor opción. Las autoridades dicen que hubo interés hasta por USD 5 000 millones, pero seguramente solo en los USD
2 000 millones se logró una tasa más baja”, añade Crespo.

Por su parte, Jaime Carrera, del Observatorio de la Política Fiscal, señala que la elevada tasa refleja la percepción de riesgo que tienen los inversionistas. “Según las calificadoras nuestros bonos son considerados ‘chatarra’ o ‘basura’, porque refleja el riesgo de que el país no pueda cumplir los pagos. Endeudarse con estas tasas es perjudicial, porque ahuyenta la Inversión Extranjera Directa y encarece el financiamiento para la empresa privada”.

Pero para el economista Marco Naranjo, la colocación de bonos es positiva y refleja la aceptación e imagen de solvencia del país en el mercado internacional. “Solo se puede colocar bonos cuando un país ha ganado el prestigio de solvente y tiene un buen récord. El plazo es adecuado, pues en ese período se van a terminar las obras de infraestructura”.

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