Los accidentes dejan fuertes secuelas en los niños

En el Hospital Roberto Gilbert, una fisioterapista asiste a una niña afectada por un vehículo. Foto: Camilo Pareja para EL COMERCIO.

En el Hospital Roberto Gilbert, una fisioterapista asiste a una niña afectada por un vehículo. Foto: Camilo Pareja para EL COMERCIO.

En el Hospital Roberto Gilbert, una fisioterapista asiste a una niña afectada por un vehículo. Foto: Camilo Pareja para EL COMERCIO.

Ivette Viña. Redactora 

Cada paso de Michael requiere de 'esfuerzo extra'. Tiene 9 años y con naturalidad dice que camina con dificultad y describe su parálisis parcial.

La dificultad para caminar se inició el 10 de agosto de 2005, cuando solo tenía cinco años y un conductor impactó el vehículo donde se transportaba.

Le dejó con una hemiplejía (inmovilidad de un lado del cuerpo). Michael cojea porque perdió el control de su pierna y brazo izquierdos. “De un momento a otro un niño hiperactivo tuvo que aprender a dominar la mitad de su cuerpo”, cuenta su mamá, quien pide que solo la llamen Elena.

¿Cuál es el nivel de afectación entre los menores? La Secretaría Técnica de Discapacidades (Setedis) tiene un cálculo referencial en el país: el 36% de menores que fueron víctimas de siniestros viales entre enero y noviembre de este año quedó con un grado de discapacidad.

Por ejemplo, el 26 de noviembre pasado un bus de la Cooperativa Ilinizas se accidentó en la provincia de Cotopaxi cuando trasladaba a 60 pasajeros, la mayoría estudiantes de escuelas y colegios. Cinco de ellos murieron y a una niña le amputaron el brazo.

En ese entonces, los docentes de las instituciones educativas se dividieron en grupos para armar la estrategia de búsqueda y rescate de los chicos que tienen entre 6 y 15 años de edad.

Sin precisar la edad de los afectados, la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) señala que en 10 meses de este año hubo
22 868 lesionados por percances ocasionados en la carretera.

La Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) revela que en Guayas, Santa Elena, Los Ríos, El Oro, Azuay y Santo Domingo, provincias de su competencia, se registraron 131 fallecidos y 1 215 menores heridos. Esa cifra va del 2012 a la fecha.

Después del accidente, la vida de Michael se trasladó de la casa a las salas de curaciones en Guayaquil y Estados Unidos.
En esos sitios, el pequeño empezó a caminar con algunas dificultades. El jefe del área de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Roberto Gilbert, de la Junta de Beneficencia, Gustavo Bocca, asegura que de los 50 niños y jóvenes que ingresan mensualmente a la unidad por traumatismos provocados por accidentes de tránsito, el 10% “queda con lesiones permanentes”.

Los golpes en los siniestros viales afectan con más frecuencia a la columna vertebral y al cerebro. El especialista dice que una contusión en estas áreas provoca parálisis de una o todas las extremidades.

Los afectados además pueden ver perjudicadas sus funciones motoras. Según Bocca, los tratamientos duran de seis meses a cinco años, de acuerdo con la gravedad de las secuelas.

La madre de Michael asegura que hasta la fecha han gastado unos USD 25 000 en consultas a especialistas y tratamientos.
Conforme a información del Centro de Apoyo a Víctimas de Tránsito (Cavat), los costos de operaciones y tratamientos después de un accidente van de USD 1 000 a 20 000, dependiendo de la afectación.

El SOAT solventa los gastos médicos, funerarios, transporte e invalidez de las víctimas con hasta 2 500. Pero los familiares de los heridos dicen ese valor no siempre alcanza para cubrir los gastos que se incurre a nivel médico.

Ataques de pánico
Además de las lesiones físicas, los siniestros viales dejan secuelas psicológicas. “El mayor miedo de quienes fueron víctimas o testigos de un accidente es que el hecho vuelva a suceder”, sostiene la psicóloga clínica Andrea Torres. Ella precisa que un 50% de estas personas sufre cambios en su estado emocional como ataques de pánico, episodios de ansiedad, estrés entre otros.

El 21 de agosto, cuatro hermanos vieron cómo un auto atropellaba a un menor de 12 años. Eso ocurrió en el centro de Guayaquil y desde allí sufren “un temor grande a los carros y a las calles transitadas”, recuerda la mamá, Isabel Mite.

Cada vez que salgo con mis hijos ellos se ponen tensos. A veces lloran, porque no quieren ir y otros días se asustan al ver los carros o al escuchar el ruido de los motores. Ellos dicen que tienen miedo de un vehículo los mate”, cuenta.

El cuerpo de su hijo fue enterrado, la persona causante del hecho fue sentenciada a cinco años de cárcel, pero “los recuerdos de lo sucedido no desaparecen y afectan a sus hermanos”.

La madre de Michael recuerda la 'extrema velocidad' que llevaba el automotor que chocó con su vehículo. “Por el retrovisor vi que un carro color vino rebasaba a muchos carros. En menos de un minuto este pasó a cinco me impactó por atrás”.

Según un análisis de la CTE, el exceso de velocidad, el irrespeto a las señales de tránsito y la falta de atención en la conducción figuran entre las principales causas de accidentes de tránsito con menores involucrados. Las cifras de la Comisión demuestran que la mayor cantidad de menores fallecidos y lesionados en siniestros viales eran pasajeros.

Michael fue uno de ellos. Su madre menciona que el autor del hecho escapó, y hasta la fecha no se lo localiza. “Aunque tiene una discapacidad él sigue luchando”, advierte su madre. Ahora acude semanalmente a terapias físicas con su hijo.

En contexto
El tipo de accidente que genera la mayor cantidad de menores lesionados o fallecidos es el atropellamiento, de acuerdo con estadísticas de la CTE. Según la Comunidad Andina, en el Ecuador el 50% de los percances es producido por vehículos particulares.

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